El Salvador
sábado 11 de enero de 2025

Juez envía a la escuela a pandillero que extorsionó a comerciante

por Redacción


La sanción para uno de los menores responsables de la extorsión fue asistir a centros educativos; ocupar su tiempo libre en programas sociales; y abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas y drogas.

Rigoberto Murcia* posee un pequeño negocio de venta de granos básicos en el municipio de Ahuachapán. El negocio es un emprendimiento familiar que surgió como una alternativa para sostener económicamente a su familia.

Entre sacos de maíz, frijoles, maicillo y otros granos, los hijos de Rigoberto han crecido, de forma modesta, ya que el negocio, asegura, es pequeño y no da para lujos.

Un día de diciembre de 2016, Rigoberto recuerda que al local llegaron cinco sujetos, de apariencia joven. Dos se quedaron en la calle y tres más entraron. Unos con las manos en sus bolsas y otros mantenían teléfonos celulares en sus manos. Le exigieron a Rigoberto $4,000 dólares para la pandilla. Era la “renta” que la clica de la Mara Salvatrucha (MS13), que opera en la localidad le habían impuesto al negocio.

Rigoberto se asustó. Él no contaba con semejante cantidad. Rigoberto intentó explicar que él no podía entregar esa cantidad. Los pandilleros no dieron alternativa. “Ese no es mi problema”, le dijo uno y le replicó “nos tenés que dar la feria”. Y sentenció: “sino la das te matamos a vos y a tu familia”. Los pandilleros sin decir más se marcharon.

Pasaron algunos días. Y Rigoberto pensó que ya no vería más a los pandilleros que lo amenazaron. Pero fue el 3 de enero que los cinco sujetos llegaron nuevamente, esta vez lo abordaron en las cercanías de su vivienda. En ese momento exigieron la misma cantidad, “sino ahorita mismo te matamos”, vociferó uno.

Rigoberto comenzó a intentar convencerlos de no cumplir sus amenazas. Quizá el temor o las palabras de aquel hombre convencieron a los pandilleros, logrando llegar a un acuerdo. La entrega de “la feria” se realizaría al siguiente día, el 4 de enero, a las 12 del día en el cantón Istagapán, de Ahuachapán, pero no habría rebaja, eran $4,000 los que esperaba la pandilla.

Rigoberto no tenía el dinero. Desesperado acudió al puesto policial y explicó todo. Los agentes montaron un dispositivo de seguridad. Rigoberto llegó minutos antes de la entrega.

Los pandilleros llegaron al mediodía. Hablaron por unos minutos, Rigoberto les entregó el paquete y se retiró.

Posteriormente los investigadores logrando la captura de los cinco sujetos. Los extorsionistas son menores de edad y fueron identificados como Federico N., de 17 años; Juan N., de 15 años, y Miguel N., de 16 años de edad. Junto a ellos estaban dos mayores de edad, cuyos nombres no se han proporcionado.

Al momento de la captura a los menores se les decomisó el paquete de la extorsión y una escopeta artesanal o trabuco con varios cartuchos para escopeta.

Durante el proceso judicial, que inició tres días después de las capturas, la Fiscalía General de la República, por medio de la Unidad Penal Juvenil, logró reunir todos las pruebas necesarias para que el Juzgado de Menores de Ahuachapán condenara a los menores.

Los delitos por los que fueron juzgados son extorsión agravada, fabricación, portación, tenencia, comercialización de armas de fuego artesanales y amenazas. Las penas impuestas amparadas en la Ley Penal Juvenil son: cinco años de internamiento contra de Federico N., y Juan N.; sin embargo, Miguel N., quien tiene 15 años de edad, tendrá como sanción cinco años de reglas de conducta, que significa libertad con la imposición de condicionantes y prohibiciones como: asistir a centros educativos o de trabajo; ocupar su tiempo libre en programas determinados; abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas y no consumir sustancias alucinógenas.

*El nombre, lugar y ocupación fueron modificados por protección de la víctima.