El Salvador
sábado 23 de noviembre de 2024

Polémica por retiro de cruz de ceniza a alumnos de colegio en Santa Tecla

por César Méndez Madrid


Este hecho causó indignación entre los padres y la comunidad católica. En un comunicado, el colectivo Voto Católico dijo que este caso “evidencia el perverso rostro de la intolerancia y la discriminación”.

Desde las 6:00 de la mañana, las parroquias católicas programaron misas con motivo del Miércoles de Ceniza, fecha que marca el inicio de la cuaresma. Según la fe católica, este periodo de 40 días es dedicado a la penitencia y oración para poder celebrar la Semana Santa.

Esto significó para muchos católicos reprogramaran sus actividades matutinas, a fin de asistir a los actos litúrgicos y continuar sin sobresaltos el resto de su día. Así lo hicieron los niños de muchas escuelas y colegios, entre ellos los del Liceo Francés, en Santa Tecla.

El Liceo Francés no es un colegio para cualquiera. Según el portal http://infoutil.gobiernoabierto.gob.sv/schools/2201 este colegio, ubicado en la 19 avenida norte del municipio de Santa Tecla, tiene una matrícula de $281 y las mensualidades ascienden a $325. Al menos esto es lo aprobado por las autoridades del Ministerio de Educación.

Este colegio, que genera un caos vehicular para el que desea entrar al municipio de Santa Tecla, tanto en la mañana como al mediodía, se convirtió en el centro de una polémica al inicio de la Cuaresma. Y es que sus docentes “violaron el derecho a la libertad de culto”, según el colectivo Voto Católico El Salvador por medio de redes sociales.

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Diego es un niño que cursa primaria. Él tiene siete años. Todos los domingos asiste a misa, en la capilla ONUVA, una pequeña comunidad católica que queda ubicada sobre la carretera al volcán de San Salvador. Sus padres, desde pequeño le han inculcado el respeto a los dogmas de fe.

Este miércoles se despertaron antes de su hora habitual. A Diego le costó despertarse. Eran las 5:30 de la mañana cuando la lucha para despertar al niño, terminó.

Él no entendía por qué el miércoles se despertó antes de lo habitual. Sus padres agilizaron todo. Alistaron loncheras y la ropa ya estaba lista. El uniforme y los zapatos estaban mejor planchados y lustrados. El desayuno servido antes de las 6 de la mañana. Todo fue rápido. El camino estaba despejado. Sin tráfico llegaron a la iglesia. En ese momento se recordó que era Miércoles de Ceniza.

“Cuando oren no sean hipócritas”, era una de las expresiones que más se repetían en el evangelio que reflexionó el sacerdote en la parroquia y resonó hasta en la homilía.

Ese miércoles, como se recordaba Diego, fue la imposición de la ceniza. Ritual católico que da inicio a la Cuaresma. El niño cuidó la cruz, que en muchos casos parece un garabato o un punto, pero él se sentía orgulloso porque su marca sí parecía cruz, erguida en su frente. Procuró no sudar. Intentó no despeinarse. Estaba contento.

Sin embargo, eso no duró mucho. Diego mantuvo su cruz por unos 50 minutos o quizá menos.

Diego llegó justo a su hora de entrada. Sus padres lo dejaron en la puerta donde es habitual la entrega en el Liceo Francés. La rutina de saludos, con amigos y maestros. La despedida de sus padres. Todo parecía normal.

Después del inicio de clases, todo cambió. A Diego y otro grupo de niños y jóvenes fueron sacados de sus aulas. Unos en fila y otros en grupos desordenados de alumnos. Todos fueron dirigidos, bajo la tutela de sus maestros. Uno a uno, todos, tenían que lavar sus frentes y borrar sus cruces.

“El Liceo Francés es un colegio laico y por ello no esperamos que ejerzan actividades religiosas” dice un comunicado firmado por la directora de la institución educativa Regina Desroches, en donde confirma que “obligaron” a los alumnos católicos que asistieron a la imposición de la ceniza a “borrarla de su frente”.

Foto D1.

Foto D1.

Este hecho causó indignación entre los padres y comunidad católica en redes sociales, en un comunicado el colectivo Voto Católico lo señalan de un abuso cometido que “evidencia el perverso rostro de la intolerancia y la discriminación”.

Los padres señalan que se violentaron la libertad de culto de los niños y jóvenes católicos. Ante esto, la institución solicitó disculpas a todos los alumnos ofendidos ya que “la forma de proceder no fue congruente con los valores de tolerancia y respeto de la institución”, publicaron en redes.

Los mismos padres, entre ellos los de Diego, han manifestado su repudio calificando la acción y las disculpas como “ofensivas y humillación”.

El colectivo de padres manifestó que exigen a las autoridades de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDDH) y la Fiscalía General de la República (FGR) realicen una investigación “seria y profunda”, ya que es grave que una institución educativa pisoteen los derechos de los estudiantes.