La compañía australiana Oceana Gold, a través de su subsidiaria en El Salvador, Minerales Torogoz, planea el primer proyecto de minería responsable en la historia del país, de acuerdo con Ericka Colindres, encargada de sostenibilidad de la compañía en El Salvador.
Colindres explicó que dicho proyecto, que se planea llevar a cabo en el municipio de San Isidro, en el departamento de Cabañas, contará con un sistema de tratamiento sostenible de agua lluvia, que es la que daría funcionamiento a la mina subterránea que se pretende explotar.
La inversión para construir el plantel en San Isidro, sostiene la representante de Oceana Gold, está calculada en $200 millones. La mina subterránea que se planea establecer, generaría 400 empleos directos y cerca de 2,000 indirectos, agrega.
A diferencia de otros proyectos mineros que en el pasado funcionaron en el país de manera rudimentaria, Oceana Gold garantizaría altos estándares de trabajo, que van desde una gestión responsable y amigable con los recursos naturales de la zona, hasta una política de responsabilidad social con la comunidad de San Isidro.
Otro de los elementos innovadores en la propuesta de Oceana Gold es un proceso de tratamiento y eliminación del cianuro de sodio, para convertirlo, de un elemento potencialmente peligroso, a materia inerte.
Colindres espera que todos los sectores que se muestran escépticos ante el plan de explotación minera en San Isidro, Cabañas, puedan conocer la propuesta y aclarar sus dudas.
Si bien se muestran respetuosos sobre las decisiones que pueda tomar el Estado en torno a la minería en el país, a la vez lanzan un llamado a considerar la propuesta, que además de traer desarrollo al municipio de San Isidro, generaría ingresos a las arcas del Estado.
El proyecto, de conseguir los permisos ambientales respectivos, comprendería un período de 10 a 25 años, en el que se pretende extraer 1,5 millones de onzas de oro y 11 millones de onzas de plata.
Oceana Gold busca establecer un proyecto de minería responsable en el país, de la misma forma en cómo se llevan a cabo actualmente en países como Nicaragua y República Dominicana, afirma Colindres.