El alcalde de La Unión, Ezequiel Milla, sería uno de los encargados de mover la droga que entra al país a través de la Zona Oriental. El jefe edilicio también estaría asociado al máximo cabecilla del Cártel de Texis, José Adán Salazar, conocido como Chepe Diablo, según un informante que trabajó con el alcalde Milla.
El informante asevera que Milla junto con Will Salgado, ex-alcalde de San Miguel, se encargaron de tender una trampa a Rafael Flores, ciudadano salvadoreño-estadounidense, quien estaba investigando las actividades ilícitas del alcalde de La Unión y del ex alcalde de San Miguel, Will Salgado.
“Ezequiel Milla Guerra, conocido en la estructura del narcotráfico como Milla, es el encargado de los movimientos de la droga en la Zona Oriental. Milla tiene cercanías con el narco Chepe Diablo”, agrega.
“Es el encargado de mover la mercadería en San Miguel, La Unión y hasta en el propio San Vicente. Él tiene un contacto en la Naval de La Unión de apellido Salama, quien mueve la droga en el mar”, dijo.
De acuerdo con el informante, Salama, Milla y el exalcalde de Pasaquina, Nelson (Murillo), se reunían en el centro comercial Puerta de Oriente, ubicado en Usulután. El exalcalde de Pasaquina, bajo la bandera de GANA, “ha estado involucrado en enriquecimiento ilícito y no pudo determinar el origen de sus fondos ante la Corte de Cuentas de la República”.
Asimismo, el actual alcalde de Pasaquina, Carlos Ramírez, es ahora el encargado de pasar la droga por la frontera El Amatillo, dijo el informante.
Versión de otro informante
Según un segundo informante, Ezequiel Milla Guerra –quien viaja frecuentemente a Suiza, donde tendría millonarias cuentas bancarias a su nombre y de su esposa− es el “brazo derecho del cártel de Texis” en el oriente del país. Coordina con Salama, de la Fuerza Naval, para pasar la droga.
El apellido Guerra es porque la madre de Ezequiel es hermana de Wilfredo Guerra. Al parecer adoptó el apellido de la madre porque su padre Juan Umaña no le dio el apellido.
Otros señalamientos contra Milla
Diario 1 publicó recientemente que Jennifer Flores, una joven estudiante de leyes de la Universidad de St. John’s en el estado de Nueva York, Estados Unidos, envió a principios de año una carta a Charles Glazer, exembajador estadounidense en El Salvador y más recientemente parte del equipo de transición del presidente Donald Trump.
La joven cuestionó el arresto y encarcelamiento de su padre, el empresario estadounidense de origen salvadoreño, Rafael Flores, acaecido el pasado 19 de diciembre, el cual atribuye a una “trampa” tendida por el alcalde del municipio de La Unión por el partido ARENA, Ezequiel Milla, un funcionario cuestionado por malversación de fondos a lo largo de sus dos administraciones, y que además es señalado por presuntos vínculos con el narcotráfico en la zona oriental de país.
Ezequiel Milla ha sido señalado y cuestionado por malversación de fondos y presuntos vínculos con el narcotráfico en la zona oriental de país, ha sido denunciado de haber fabricado una acusación falsa como parte de una «trampa» tendida contra Rafael Flores, ciudadano de los Estados Unidos.
Los señalamientos públicos contra Milla comenzaron a surgir en 2014 con un juicio de cuentas emprendido por la Corte de Cuentas de la República (CCR), la cual condenó al munícipe y a parte de su concejo municipal, por uso de recursos municipales para beneficio propio. Asimismo se le señaló por gastos excesivos sin fines institucionales y uso irregular de fondos FODES, pero fue absuelto de pagar multa por estos últimos reparos.
Por el uso indebido de vehículos de la alcaldía en actividades personales, Milla, quien también ha tenido diferencias con las autoridades de su partido, fue multado por el Tribunal de Ética Gubernamental (TEG) ese mismo 2014.
Además, Milla es uno de los 76 antiguos o actuales funcionarios, en la mira de la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), por supuesto enriquecimiento ilícito. Actualmente su declaración patrimonial está siendo indagada en busca de irregularidades.
El hombre al que presuntamente tendió una trampa, el publicista Rafael Flores, manejaba una compañía de relaciones públicas en el condado de Nassau en el estado de Nueva York, la cual desde 2008 ha dirigido campañas para aspirantes a cargos políticos en dicho estado; además contaba con un programa televisivo en el que se denunciaba a personas sospechosas de estar implicadas en corrupción, narcotráfico o lavado de dinero.
Como parte de su trabajo en los últimos meses de 2016, Flores tuvo reuniones de alto nivel con los senadores federales Marco Rubio (Republicano por Florida) y Robert Meléndez (Demócrata por Nueva Jersey) para solicitar que se detenga el financiamiento a El Salvador por parte del gobierno estadounidense, bajo sospechas de que este se iba destinado a empoderar a políticos con vínculos con el narcotráfico.
En ese proceso es que conoce al exagente especial de la DEA Danny Dalton, quien estuvo destacado en El Salvador entre 2002 y 2004 y quien cuenta con información acerca de personas que han perpetuado el poder de organizaciones de crimen organizado, con la ayuda del Estado.
Todo lo anterior consta en la carta de Jennifer Flores, hija de Rafael. Ella continúa declarando que en diciembre pasado, empezó a organizar una ceremonia de premiación a líderes hispanos, cuando recibió una llamada de Ezequiel Milla Guerra, quien se ofreció para financiar dicho evento y ambos acordaron que el edil sería uno de los homenajeados en el evento a desarrollarse en febrero de este año, en el que se le iba a designar como “Oficial electo del año”.