La incursión del FMLN, otrora guerrilla convertida en partido político, al mundo empresarial corporativo, fue vista con extrañeza por propios y extraños, cuando se decidieron a lanzar entre sus alcaldías un proyecto de distribución de combustible, que prometía combatir los altos precios que tenían los carburantes en 2006.
Tras ese experimento, los negocios del FMLN, amparados en la iniciativa Alba, promovidos por el gobierno venezolano del entonces presidente Hugo Chávez, empezaron a expandirse a rubros tan variados como la producción de granos básicos, otorgamiento de créditos y aerolíneas de bajo costo.
A más de 10 años del experimento que arrancó con las gasolineras Alba y que pretendía convertirse en conglomerado empresarial sólido, los negocios bajo la iniciativa del FMLN han tenido un golpe de realidad y experimentan el peso de las deudas multimillonarias, que ya obligó al cierre de una empresa y amenaza al resto.
Como la crónica de una muerte anunciada llegó la noticia del cese de operaciones de la empresa Vuelos Económicos Centroamericanos (VECA), la cual servía vuelos eminentemente en la región centroamericana bajo la modalidad “low cost”, en la que no se documenta equipaje común.
La aerolínea, que operaba con precios muy por debajo del mercado, cerró operaciones este enero. De acuerdo con voceros de la compañía, la medida es de carácter temporal, debido a un proceso de “restructuración” en el que se adquirirán aviones más pequeños.
En contradicción con la información oficial de VECA, la Autoridad de Aviación Civil declaró que la aerolínea sería absorbida por otra compañía para seguir en funciones. Sin importar cuál de las dos versiones es correcta, lo cierto es que la aerolínea ya no vende boletos y su sitio web fue desmontado para “mantenimiento”.
Reportes de contabilidad publicados en la prensa nacional, sostienen que la compañía, durante sus dos períodos financieros (2015 y 2016) operó con un margen de pérdidas que quintuplicaba las ganancias y acabó cerrando con una deuda estimada en más de $21 millones, de acuerdo con diversas publicaciones periodísticas locales.
Similar suerte afronta la entidad crediticia “Tu Solidaria”, enfocada en brindar préstamos productivos a micro y pequeños empresarios.
La entidad fue esbozada como una promesa de campaña de Jorge Schafik Handal, cuando fue candidato a la alcaldía de San Salvador en las elecciones legislativas y municipales de 2012, que perdió frente al entonces reelecto edil, Norman Quijano.
Tras la derrota, y ya sin posibilidades de regresar a la Asamblea Legislativa, Handal dijo que retomaría la promesa de campaña y la haría realidad. La idea original era que “Tu financiera” (nombre original) sirviera como una caja de crédito municipal.
Para efectos de ingresar al mercado, el proyecto fue rebautizado como “Tu Solidaria”, y empezó a abrir sucursales en el Gran San Salvador, amparado principalmente por las finanzas de Alba.
Tres años después, un reporte de El Diario de Hoy da cuenta que Tu Solidaria debió vender la mitad de su cartera de clientes a una corporación estadounidense. Según se rumora, la mayoría de estos clientes eran activistas del FMLN, que se mostraron renuentes a pagar sus créditos.
De la misma forma se puede mencionar el caso del proyecto “Alba Alimentos”, que surgió poco años después de la iniciativa “Alba Petróleos” y que estaba encaminado a producir granos básicos y hortalizas, para venderlos en establecimientos del grupo Alba.
La apuesta por parte de Alba Alimentos fue tan ambiciosa que hasta absorbió a Arrocera San Francisco, una de las distribuidoras de granos básicos más importantes del país.
Pero, según auditorías contables correspondientes a los años 2012, 2013 y 2014, la empresa ha operado en números rojos y el panorama empeora para los años por venir.
La misma Alba Petróleos, empresa insignia del grupo, tuvo su momento de incertidumbre en 2013, cuando se vieron obligados a vender la planta almacenadora de combustible en Acajutla, debido a las deudas.
En 10 años, la deuda contraída por Alba Petróleos con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) supera los $1,000 millones, siendo la parte más importante de la deuda, la compra de combustible, pagadero a un plazo de 25 años.
Actualmente, las finanzas venezolanas no atraviesan por su mejor momento y el gobierno, encabezado por el sucesor natural de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, tiene que lidiar con medidas para evitar la fuga de capitales, una galopante inflación y desabastecimiento de los enseres más básicos, como medicinas y alimentos. Dicha situación, apunta a ser la que más explica el estado actual de las empresas Alba.
El hombre detrás de emporio.
El principal asesor de dichas empresas forma parte de lo que se da a llamar como la “troika” del FMLN. El excombatiente José Luis Merino, llamado “Ramiro” durante sus tiempos en la clandestinidad, surgió desde las sombras hasta convertirse en quien muchos califican como el hombre detrás de las principales decisiones del FMLN y del mismo presidente Salvador Sánchez Cerén.
Merino es, asimismo, un personaje muy cuestionado por autoridades estadounidenses, al grado de estar vinculado al encubrimiento de fondos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el extranjero, según una publicación de Foreign Policy de Washington D.C.
La publicación –escrita por el periodista mexicano José Cárdenas- señala que las FARC cuenta con $10 billones guardados en bancos extranjeros por intermediarios.
La procedencia de estos recursos es una de las preocupaciones de los colombianos, ya que “este dinero proviene de sangre por medio del tráfico ilegal de drogas, personas y otro tipo de contrabando”.
Según Foreign Policy, los colombianos temen que esos fondos sean utilizados por la guerrilla para la compra de voluntades y para sobornar instituciones democráticas, similar a lo realizado por el exmandatario Hugo Chávez en Venezuela.
Por ello, el senador de la Florida, Marcos Rubio, lo acusó de ser “lavador de dinero y traficante de armas de clase mundial”. El político estadounidense manifestó que era necesario que Estados Unidos sancionara a Merino por estos delitos.
En un intento por cabildear a favor del político del FMLN, el partido envió una delegación a Washington D.C. para persuadir al congreso de Estados Unidos y aprovecharon la ocasión para quejarse del trabajo de la embajadora acreditada en el país, Jean Manes, por abogar a que El Salvador combata la corrupción.
El Fiscal General de la República, Douglas Meléndez, aseguró que se abrió una investigación de oficio por las denuncias del senador Rubio.
La publicación de Foreign Policy exhorta al gobierno estadounidense a que tome medidas para favorecer la paz en Colombia. “La contribución más importante que Estados Unidos puede hacer en este momento para ayudar a Colombia, a lograr una paz real, es reducir sus encubridores extranjeros. Un buen primer paso sería sancionar José Luis Merino y embargo de los bienes de las FARC secretadas en su vasto imperio financiero”, indica Cárdenas.
A finales de 2016, el presidente Sánchez Cerén nombró a Merino como Viceministro de Inversión y Financiamiento para el Desarrollo, una dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores del país. Los dirigentes del partido avalaron la decisión del presidente, pese a las críticas.
La extraña fuga de capitales
Una de las cosas de las que se ufanan las empresas Alba son su importante aportación al fisco salvadoreño. No obstante, este grupo se habría llevado $290.6 millones a empresas domiciliadas en Panamá, un paraíso fiscal donde no pagan ningún impuesto”, según una investigación del periódico digital El Faro.
La publicación destaca que en abril de 2015 el presidente Salvador Sánchez Cerén pidió a los grandes empresarios pagar sus impuestos y no sacar su dinero de El Salvador para contribuir al “desarrollo de la planta productiva del país”.
Alba Petróleos de El Salvador compra combustible subsidiado al gobierno venezolano. La empresa pública venezolana PDVSA es propietaria del 60% de las acciones y 18 alcaldías gobernadas por el Frente son propietarias del 40% restante.
A través de las municipalidades, el Estado salvadoreño se ha comprometido a pagar una deuda con PDVSA que en 2014 ya alcanzaba los 943.4 millones de dólares, de acuerdo con la publicación.
La investigación del citado periódico digital asegura que Alba Petróleos comenzó a invertir en Panamá en 2008. El 8 de septiembre de ese año tres alcaldes del FMLN crearon con un capital de 10 mil dólares Apes Inc., empresa que en sus primeros tres meses de operaciones recibió más de medio millón de dólares desde Alba Petróleos en El Salvador en concepto de préstamos.
En los años siguientes, “la empresa semipública salvadoreña también haría préstamos a otra empresa en Panamá ligada al FMLN: Atlantic Pacific Logistic. Para 2014, los préstamos de Alba Petróleos a estas dos empresas ascendían a 290.6 millones de dólares. De ese dinero, por estar radicadas en Panamá, estas empresas no pagan ni un centavo de impuestos. Ni renta ni IVA por sus operaciones o por la compra de cualquier bien o servicio”, añade.
El 8 de septiembre de 2008 tres alcaldes del FMLN −directivos en ese momento de Alba Petróleos de El Salvador− viajaron a Panamá para ser nombrados directivos de Apes Inc. La compañía se creó para un giro comercial bastante amplio: “llevar a cabo cualesquiera negocios lícitos”.
Esos primeros directivos de Apes Inc fueron: como presidente Carlos Alberto García Ruiz, exalcalde de Soyapango y actual diputado del FMLN, conocido popularmente como “El diablito” Ruiz; como vicepresidente Francisco Humberto Castaneda Monterrosa, exalcalde de San Sebastián Salitrillo y actual viceministro de Educación; y como tesorero Miguel Ángel Hernández Ventura, exalcalde de San Pedro Perulapán.
“El diablito Ruiz” era en 2008 presidente de Alba Petróleos en El Salvador, y presidente de Apes Inc., en Panamá. El balance de Alba Petróleos inscrito en el Registro de Comercio detalla que Apes Inc. recibió en sus primeros cinco meses de vida un préstamo de 750 mil 966 dólares.
Alba Petróleos le prestó, por ejemplo, más de medio millón de dólares a la panameña Apes Inc., empresa que también presidía El Diablito Ruiz. En Panamá, Apes Inc. puede hacer lo que quiera con los 750 mil 966 dólares. Aunque el dinero proviene de una empresa semipública, allí no está sujeto de ningún control por parte de la Corte de Cuentas de la República, afirma El Faro.