En una entrevista con Diario1, el ex-agente de la DEA, Danny Dalton, manifestó su disposición para apoyar la gestión del Fiscal General, Douglas Meléndez, en su investigación y procesamiento del Cártel de Texis y del esclarecimiento del asesinato del sindicalista salvadoreño Silberto Soto, miembro de los Teamsters de Estados Unidos, cuyo asesinato en El Salvador, acaecido en 2004, no ha sido debidamente esclarecido e investigado, según ciertos miembros del Congreso de los Estados Unidos y según la dirección general del poderoso sindicato norteamericano, conocido como los Teamsters.
Usted manifiesta que tiene un ofrecimiento de colaboración hacia el Fiscal General Douglas Meléndez ¿Podría ampliarnos sobre ese ofrecimiento?
Yo ofrezco formalmente al Fiscal Douglas Meléndez y lo invito a reunirnos en los Estados Unidos, en el lugar que él considere más conveniente para compartirle la evidencia que yo tengo, consistente en prueba contundente sobre las actividades de narcotráfico y lavado de dinero de los principales miembros del Cártel de Texis.
En específico, tengo a disposición del Fiscal General Meléndez, evidencia concreta sobre las acciones de tráfico de droga de José Adán Salazar Umaña (alias Chepe Diablo) y de su ahijado, el señor Wilfredo Guerra Umaña, quien es el presidente de la empresa Agroindustrias Gumarsal y es el hijo del Alcalde de Metapán, Juan Samayoa, quien a su vez es otro de los principales cabecillas de dicho Cártel.
Toda la información que pongo a la disposición del Fiscal General Meléndez, ya la tiene y forma parte de expedientes de investigación aperturados en la DEA (Drug Enforcement Administration por sus siglas en inglés) y también en la fiscalía del Distrito Sur de la Ciudad de Nueva York. Dicha oficina fue la que investigó u procesó exitosamente varios casos de narcotráfico de varios capos guatemaltecos y hondureños en el pasado, y tienen los recursos, el conocimiento y la experiencia para procesar otros casos de narcotráfico como Chepe Diablo y Wilfredo Guerra, quienes han comprado protección y han operado su imperio de narcotráfico y lavado de dinero impunemente por más de 15 años en El Salvador, gracias a la corrupta colaboración de fiscales, policías, diputados y hasta de un Vicepresidente de la República de El Salvador.
Ha habido cuestionamientos en redes sociales y demás, sobre la motivación que usted tiene en que se procesen estos casos de corrupción y narcotráfico en El Salvador ¿Podría comentar al respecto?
Durante los 12 años de servicio que presté como Agente Especial de la DEA, tuve a mi cargo durante el período de 2002 a 2004 la oficina de la DEA en la Embajada de Los Estados Unidos en San Salvador. Yo llegué a conocer a profundidad y de primera mano el tráfico de droga que pasa en El Salvador y en los países de la región Centroamericana. Conocí quienes eran en ese entonces los principales capos de la droga de la región, a pesar de las grandes limitaciones de recursos que teníamos en la DEA en Centroamérica en ese entonces, logramos durante mi período de servicio en la región, investigar, procesar y enviar a prisión a media decena de los principales capos del narcotráfico de esa época, que operaban en el Triángulo Norte, incluyendo a varios guatemaltecos, hondureños y salvadoreños.
Mi trabajo serio y comprometido para combatir a estos criminales nunca hubiera sido posible sin la colaboración valiente y profesional de numerosos investigadores, fiscales, policías y abogados penalistas que hicieron posibles muchas del as sonadas capturas de esa época.
A pesar que fui posteriormente trasladado a otros cargos de mayor responsabilidad dentro de la DEA, incluyendo Afganistán y la Oficina Central de la Agencia en Virginia, yo mantuve el contacto y la amistad personal con muchos de los profesionales fiscales, policías y penalistas salvadoreños con quien establecí vínculos personales y a quienes siempre puse a su disposición la colaboración de la Agencia para sus labores de combate al narcotráfico y demás casos penales, principalmente del crimen organizado.
Incluso, cuando decidí retirarme de la DEA, motivado por la frustración que yo consideraba ante la falta de efectividad de la agencia en el combate del narcotráfico a nivel mundial, incluso retirado de la Agencia, seguí colaborando con mis valientes amigos en El Salvador.
Mi intención en renunciar de la DEA no era de jubilarme y dedicarme a pasear en mi motocicleta, en mi estado de residencia que es Maine, yo me retiré con la intención de tratar de cambiar y hacer desde afuera lo que no se podía lograr desde adentro de la DEA en el combate al narcotráfico, en gran parte por la manera excesivamente burocrática en que funciona la Agencia.
Yo no mido el éxito y la satisfacción en mi vida en base a poder hacer algo significativo por mi país y por las buenas personas que he tenido el privilegio de conocer y servir hombro a hombro en otros países adonde fui destacado. Es por eso que he seguido colaborando en casos de combate al narcotráfico, tanto en Afganistán y Pakistán, como en el caso de Centroamérica, particularmente los países que mejor conozco y donde mejor me conocen que son El Salvador, Guatemala y Honduras.
En mi interés de reformar y cambiar la manera de operar de las Agencias de Seguridad de los Estados Unidos, yo corrí como candidato independiente para el Senado de los Estados Unidos, compitiendo por una de las dos sillas del Senado que le corresponde a mi estado, Maine, en el noroeste de los Estados Unidos. Como parte de mi plataforma de campaña, yo llevaba propuestas para reformar las agencias de Seguridad de los Estados Unidos, donde a mi criterio se invierten muy mal muchos billones de dólares al año.
Aunque no gané la elección, mi candidatura y campaña me dio exposición y oportunidad de debatir con otros candidatos, algunos de los temas que yo considero importantes para mi país como son la lucha contra la corrupción y el narcotráfico a nivel internacional.
El narcotráfico no podría sobrevivir y prosperar en el mundo sin la corrupción. Todos los países del mundo, incluyendo los Estados Unidos y El Salvador, tienen buenas y estrictas leyes para combatir el crimen del narcotráfico y el lavado de dinero, lo que sucede es que con el dinero sucio producto del tráfico ilegal, los narcotraficantes corrompen con cantidades millonarias de dólares a los funcionarios públicos que están supuestos a hacer cumplir las leyes y a poner en la cárcel a los criminales.
Por eso, personas como Adán Salazar y Wilfredo Guerra, se dan el lujo de andar libres en un país como El Salvador, a pesar que todos los que han conocido a estas personas y sus manejos, sabemos que son narcotraficantes y lavadores de dinero. Ellos logran operar sus grandes emporios de empresas de granos y hoteles donde lavan decenas de millones de dólares sin impedimento porque con su dinero sucio han logrado corromper y comprar a fiscales generales como Luis Martínez y a Vicepresidentes como Óscar Ortiz, quienes han dado protección a sus amos y los han mantenido lejos del procesamiento penal que les corresponde.
A usted, ciertas personas en redes sociales lo han cuestionado por sus vínculos en El Salvador ¿Qué nos puede comentar sobre ese tema?
Cuando yo volví a visitar El Salvador hace casi dos años después de no haber estad en un buen tiempo por Centroamérica, llegué por solicitud y encargo de los “Teamsters” y un grupo de congresistas norteamericanos que apoyan la solicitud de los sindicalistas norteamericanos de que se esclarezca de forma definitiva el caso del asesinato en El Salvador del sindicalista salvadoreño-americano, Gilberto Soto.
A mi me buscaron por mis contactos y mis muchos amigos que son investigadores en la PNC, fiscales, abogados penalistas y muchos otros colaboradores, quienes trabajaron de la mano conmigo y la DEA en la época que yo estuve en la oficina de la DEA en El Salvador, hace casi 15 años.
Con esos amigos y contactos, yo pude sentarme en el año 2015 con el Fiscal General en funciones en ese entonces, que era Luis Martínez, para conversar con él de parte de los Teamsters y con el apoyo de los congresistas estadounidenses, sobre la posibilidad que se pudiera revisar y en caso de ser necesario, reabrir el caso de la investigación y condena del asesinato de Gilberto Soto, por ser una investigación que en su momento, a criterio de los norteamericanos, padeció de muchas deficiencias y se sospecha de ciertas irregularidades.
Dichas presuntas irregularidades tienen que ver con la manera expedita y poco profundizada de cómo se buscó aparentemente atribuirle la muerte del sindicalista a un joven delincuente de bajo nivel, encubriendo posiblemente los motivos del asesinato y las personas responsables de mandar a asesinar al sindicalista Soto.
La gran coincidencia de ese caso es que, aparentemente, uno de los fiscales, quien en ese entonces estuvo llevando el caso por la parte de la fiscalía es el mismo Fiscal Rodolfo Delgado Montes, quien hoy por hoy ha sido acusado por el ex – fiscal Luis Martínez en unas declaraciones que yo tengo grabadas y tengo los audios donde el ex – fiscal general acusa a Delgado de haber accionado adentro de la Fiscalía para proteger, entorpecer y retrasar la investigación del Cártel de Texis.
El Fiscal Rodolfo Delgado aun figura como empleado de la Fiscalía, a pesar que en una declaración reciente, el Fiscal General Douglas Meléndez dice tenerlo bajo investigación por esas supuestas acciones ilegales de las cuales Delgado ha sido acusado.
Como comprenderá usted, el método investigativo efectivo con el cual yo he sido entrenado y he operado exitosamente en diversos países del mundo es el que divulga la menor cantidad de información y lo que se trata más bien es de captar la mayor cantidad de información. Por ese motivo, como investigador no acostumbro a hablar de estas cosas.
Pero en El Salvador, los grupos criminales de narcotraficantes y los funcionarios que presuntamente los están ayudando, tienen mucho interés en desprestigiar mi persona y mi imagen por su propia conveniencia, como que si aquí el criminal fuese yo y no ellos. La verdad es que los que están siendo o deberían estar siendo investigados son los verdaderos delincuentes: el Cártel de Texis y sus aliados como podrían ser el fiscal Delgado y el Vicepresidente Ortiz.
Yo no tengo temor que me investiguen a mí, porque yo lo único que estoy haciendo es ayudando a que se cumpla la ley.
A usted lo han acusado especialmente personeros del mismo Cártel de Texis de trabajar para un empresario salvadoreño que tiene una disputa comercial en una de sus empresas con una de las empresas que pertenece al Cártel ¿Qué nos puede decir sobre esas acusaciones?
Mire, Adán Salazar y Wilfredo Guerra han sobrevivido traficando droga y lavando dinero descaradamente todos estos años, porque se han acostumbrado a comprar investigadores corruptos, tanto en la Policía como en la Fiscalía, y tal vez pensarán que un investigador como mi persona es corrupto al igual que la mayoría de los investigadores que ellos han comprado a través de todos estos años.
Cuando yo vine al país por encargo de los Teamsters para buscar la colaboración de la Fiscalía de El Salvador, para esclarecer el asesinato de Gilberto Soto, me vine a encontrar y dar cuenta de la enorme corrupción en que estaba una buena parte del sistema investigativo y judicial de El Salvador. Como parte de buscar apoyo para mi misión en el caso Soto, yo me tomé la tarea de entrevistarme y pedir apoyo de muchos empresarios en El Salvador, a quienes pude conocer por medio de mis amigos en las instituciones salvadoreñas, los mismos amigos quienes hace muchos años habían colaborado conmigo en los casos de narcotráfico y lavado de dinero que logramos llevar a la justicia en esa época.
Aunque no todos, debo decir que afortunadamente, algunos de esos empresarios decidieron apoyar mis esfuerzos para recopilar y llevar a las agencias de la justicia de los Estados Unidos, las pruebas y evidencias que en la actualidad están en manos de la DEA y de la Fiscalía de Nueva York, sobre los actos delictivos de los cabecillas del Cártel de Texis, Adán Salazar, Juan Samayoa y Wilfredo Guerra y también sobre los funcionarios públicos salvadoreños que han cometido delitos de corrupción en la protección de estos y otros criminales.
No existe ilegalidad alguna en esto, y es más, para mostrar buena voluntad he manifestado al principio de esta entrevista mi disposición de compartir con el Fiscal General Douglas Meléndez dicha prueba penal.
Recientemente se ha conocido de un caso de unas personas que presuntamente intentaron extorsionar a un ex alcalde de San Miguel y al actual Alcalde de La Unión, presuntamente apersonándose de manera fraudulenta como supuestos agentes de la DEA. Se ha manejado que su persona ha tenido vínculos con estas personas ¿Qué nos puede comentar sobre esto?
En vista que este es un caso abierto, que está en proceso, comprenderá que seré lo más reservado posible con el objetivo de no interferir o distorsionar la investigación que entiendo, está en curso por parte de la Fiscalía General de El Salvador.
Sí le puedo decir que yo conocí y tuve comunicación con los acusados en ese caso en el contexto de mi método investigativo de recolección de información que podría ser de valor para las agencias de justicia de los Estados Unidos.
En ningún momento yo he representado ser algo que no soy y todo el mundo que ha tratado conmigo sabe y lo he repetido públicamente, que yo estoy retirado de la DEA y por lo tanto, actúo en mi calidad de persona individual y no en representación de ninguna agencia o persona de los Estados Unidos o cualquier otro país.