El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Nacionales

Testigo revela nexo entre Chepe Diablo y el Cártel Los Leones de Guatemala

por Redacción


Fiscalía guatemalteca abrió en 2003 una investigación contra una estructura en dicho país por sus nexos con narcotraficantes salvadoreños y hondureños.

La Fiscalía de Guatemala recibió en 2003 denuncias por operaciones sospechosas que ocurrían en fincas de diversos departamentos como San Marcos, Santa Rosa, Zacapa y Jutiapa, en las que se incriminan a dos connotados narcos de dicho país: el desaparecido Juan José “Juancho” León, líder del Cártel Los Leones, quien sostuvo en vida una rencilla con Byron Berganza, quien fue extraditado a Estados Unidos por delitos relacionados con la droga.

En dicha denuncia se advertía de trasiego de droga proveniente de Colombia y Panamá a través de toda la región centroamericana, con destino final a México y Estados Unidos. En esa operación el cartel Los Leones tenía preponderancia y contaba con un aliado estratégico: José Adán Salazar, un salvadoreño señalado como el fundador del Cártel de Texis, el que según el gobierno estadounidense, controla el trasiego de droga del oriente al occidente de El Salvador.

Así lo constata un testigo entrevistado por la Fiscalía en 2003, el cual trabajaba para una de las personas que estuvo presente en varias de las reuniones concertadas por Juancho León y Chepe Diablo, junto a Wilfredo Guerra.

En ese entonces, el caso fue asignado a dos investigadores, en cuyo informe constatan los relatos del testigo, quien refirió que en una de las reuniones entre León, Adán Salazar y Wilfredo Guerra, sostenida en un balneario en el departamento de Zacapa, a dos horas de la frontera terrestre Anguiatú, el guatemalteco le pregunta a los salvadoreños si tenían una persona que pudiera “eliminar” a Byron Berganza, quien había mandado a asesinar a uno de sus hermanos.

A esto, Adán Salazar responde que contaba con una persona de seudónimo “Rudy”, originaria del departamento de Jutiapa, quien podía hacer el trabajo.

El testigo, además, revela a la Fiscalía que León contaba con una aldea en Guatemala para desembarcar droga guardada en caletas, la cual era posteriormente enviada a México y Estados Unidos. El declarante sostuvo que el movimiento de droga ascendía en muchos casos a 300 y 500 kilogramos, con cada kilogramo de cocaína valuado entre 6,000 y 7,000 dólares.

Otro punto de reunión entre León y Adán Salazar, según el relato del testigo, es la finca La Pastoreña del departamento de Santa Rosa, en donde además se reunían con Jorge Mario Paredes Córdoba, alias «El Gordo», otro connotado capo procesado en Estados Unidos por delitos de droga y quien fue señalado por ser “el dueño” de los narcobarriles encontrados en 2010 en la Hacienda El Recolado del departamento de La Paz en El Salvador.

Además de esta hacienda, había otro lugar de reunión en el departamento de El Progreso, llamado Hacienda Mansión del Río. Según el informante, a esta hacienda propiedad de Paredes llegaban los miembros del clan Lorenzana, otra poderosa banda de narcotráfico en Guatemala, a reunirse con León, Paredes y Adán Salazar. En dichas reuniones también estaba presente Roberto “El Burro” Herrera, principal implicado en el Cártel de Texis que enfrenta una condena en el sistema penitenciario salvadoreño.

Estas personas también tenían como intermediarias a dos mujeres, identificadas por el testigo como “Tía Jania” y “Doña Tana”, quienes en algunos casos recibían la droga que transportaban las estructuras de León, Paredes y Adán Salazar, y la enviaban con ruta a México.

De acuerdo con el testimonio, León contaba con un hombre de confianza, de nombre Rudy Rodríguez, quien transportaba droga y contaba con un personal de 40 sicarios a su cargo.

El otrora líder del Cártel Los Leones cayó abatido el 25 de mayo de 2008, junto a 11 miembros de su agrupación, en una ejecución atribuida al Cártel Los Zetas de México, enemigos del Cártel del Golfo, con el cual Los Leones tenían vínculos.

Berganza y Paredes, además, fueron procesados y extraditados a Estados Unidos por su actividad en el mundo de narcotráfico. Solamente Adán Salazar permanece libre y sin sombra de persecución por parte de las autoridades salvadoreñas.

Juan José "Juancho" León. Foto tomada de Insight Crime.

Juan José «Juancho» León. Foto tomada de Insight Crime.

Adán Salazar y el Cártel de Texis

José Adán Salazar es el único salvadoreño designado por el gobierno estadounidense como capo internacional de la droga. El presidente Barack Obama lo agregó a la lista kingpin el 31 de mayo de 2014.

Este hombre, apodado Chepe Diablo, es un empresario que pasó de ser cambista de dinero en la frontera entre El Salvador y Guatemala a principios de los años 90, a estar detrás de un gran imperio empresarial con ramificaciones en el mercado de los granos básicos y bienes inmuebles como hoteles y gasolineras.

Chepe Diablo, quien llegó a ser el presidente de la Liga Mayor de Fútbol salvadoreño, es señalado además de tener una sociedad desde hace 16 años con el vicepresidente Oscar Ortiz, sobre la cual el vicemandatario dice que ya lleva varios años de estar inactiva.

Según un informe interno de uno de los jefes de la Unidad Especial de Investigación con relación al lavado de dinero y narcotráfico de la Fiscalía General de la República de El Salvador, el cual iba dirigido al exfiscal Luis Martínez, advertía sobre la prueba indiciaria que las auditorías y las investigaciones efectuadas a Chepe Diablo, a sus socios más cercanos y a sus empresas indicaban lavado de dinero proveniente de actividades que los investigados habiendo tenido amplia oportunidad de justificar nunca pudieron justificar el origen lícito de las cifras millonarias no declaradas encontradas en sus cuentas bancarias.

No obstante, cuando fue cuestionado en sobre el estatus de la investigación de dicho narcotraficante en una entrevista con el rotativo La Prensa Gráfica, el entonces Fiscal General evadió el tema, diciendo que ese caso no era más que un caso de difamación y como mucho de evasión de impuestos.

El pasado 19 de septiembre, el exagente de la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), Danny Dalton, incriminó a Luis Martínez con José Adán Salazar.

De acuerdo con Dalton, Martínez habría participado en conspiraciones para lavar dinero a través de prestanombres, el cual procedía de las actividades del Cartel de Texis y era colocado en instituciones bancarias privadas salvadoreñas.

Informes de inteligencia de la Policía Nacional Civil (PNC) apuntan a que Salazar fundó dicho cártel junto a Juan Umaña Samayoa, actual alcalde de Metapán y Roberto Herrera, apodado “El burro”, quien cumple una condena en prisión por delitos de crimen organizado. Estos personajes se habrían aliado para dicho propósito con diputados, policías, alcaldes y pandilleros de la zona noroccidental de El Salvador, de acuerdo con una investigación del periódico digital El Faro.

Durante una visita realizada recientemente a Washington D.C, capital de Estados Unidos, el actual Fiscal General salvadoreño, Douglas Meléndez, recibió una carta de parte del congresista federal por el estado de Massachusetts, James McGovern, un político demócrata conocido por abogar por el respeto a los derechos humanos y el debido proceso en El Salvador.

En la misiva, el congresista McGovern instó a Meléndez a que continúe con las investigaciones que deriven en la captura y enjuiciamiento de quienes están vinculados al Cártel de Texis, específicamente a Adán Salazar.

Pasados más de 16 años de generados los informes de inteligencia que vinculan a Chepe Diablo y Umaña Samayoa con el Cártel de Texis, ninguno de ellos ha sido procesado por narcotráfico. Expertos en la materia y reportes de prensa señalan que esto se puede deber al nivel de infiltración que Chepe Diablo ha logrado en el estamento de justicia salvadoreño.

De acuerdo con una publicación del rotativo estadounidense El Nuevo Herald de Miami, el dinero de Adán Salazar ayudó a infiltrar instituciones estratégicas de la justicia y del control financiero de El Salvador para extender y proteger su emporio criminal de “blanqueo” de capitales con millonarias inversiones en rubros energéticos, turísticos y agropecuarios.

Una investigación de dicho diario sostiene que Chepe Diablo estableció estrechos contactos con autoridades de alto rango del gobierno del presidente Mauricio Funes, quien gobernó desde 2009 hasta 2014, en las instancias ejecutivas estatales de las contralorías financieras, bancarias y hacendarias, con lo que evitó ser perseguido y encarcelado e intentó blindar su entarimado empresarial mafioso. Las maniobras habrían ocurrido a espaldas de Funes.

Dicho trabajo periodístico agrega que el Cártel de Texis se constituyó en proveedor de servicios de los cárteles mexicanos de Sinaloa, del Golfo y Los Zetas, lo cual ayudó a Adán Salazar a construir una tarima con una fachada de compañías agropecuarias, turísticas y de venta de combustibles para blanquear dinero en instancias financieras salvadoreñas, y con respaldo de políticos salvadoreños ubicados en sitios claves del poder nacional o regional.