Juan Carlos es un comerciante de un negocio ubicado sobre la Avenida Independencia, en Santa Ana. Hace unos meses, tras un par de horas después de abrir su negocio, llegó un pandillero que se hizo pasar como cliente. Se dirigió al propietario del local y le dijo que a partir de “esta semana nos tienes que dar doscientos dólares a la semana”.
“Mi reacción fue activar la alarma de pánico que me instaló COSASE (empresa de seguridad privada), por lo que elementos de la unidad de reacción de esa compañía se presentaron inmediatamente al sitio”, contó el comerciante.
Tras solicitar el apoyo del sistema de emergencias del 911 de la PNC, el pandillero fue detenido, pero minutos más tarde fue liberado a petición de los empleados del establecimiento comercial.
“Nosotros recibimos una llamada anónima de forma amenazadora; nos dijeron que tomarían represalias si no era liberado el pandillero. Eso nos dio mucho temor”, aseguró uno de los trabajadores. “No tuvimos más remedio que pedir a la PNC que lo liberaran, que no íbamos a presentar cargos, porque nuestras vidas corrían peligro”, agregó.
“Solicitamos que liberaran a un pandillero que me extorsionaba porque me podían asesinar”, dijo el comerciante.
Ante ese caso, la gerente del consorcio de servicios de seguridad, Andrea de Handal, quien está al frente de COSASE desde hace ocho años, indicó que son los clientes los que tiene la última palabra sobre si presentan la denuncia en contra de los detenidos.
“Nosotros tenemos más de 35 años de estar en el mercado y nos hemos visto forzados a incorporar tecnología de última generación para prevenir el delito, como elemento de prueba, pero son nuestro clientes los que deciden si continuar con una denuncia”, indicó.
Un estudio sobre seguridad, recientemente dado a conocer, especifica que entre los efectos de la inseguridad para los comerciantes están el aumento en los costos, la disminución de los ingresos y la baja productividad.
“Si no estuviéramos con una participación activa en el mercado, el impacto de la inseguridad en el sector privado sería destructivo”, apuntó De Handal, quien a la vez aseguró que su empresa tiene más de 2,600 agentes de seguridad destacado y más 10,000 alarmas instaladas en todo el país.
“Pero nosotros somos la segunda línea de defensa, la primera siempre debe de ser la Policía y el cumplimiento de las leyes”, explicó.