Varios agricultores que residen en uno de los cantones de San José Guayabal, departamento de Cuscatlán, trabajaron por meses para poder sacar adelante la cosecha de maíz y frijoles que año con año realizan para consumo propio y para subsistir de la venta de los granos, ya que es la única fuente de ingresos con la que cuentan.
Sin embargo, a finales de septiembre varios trabajadores fueron como de costumbre al terreno donde tenían la siembra para poder llevársela, pero un grupo de pandilleros les salió al paso y los amenazaron de muerte.
“Todo lo que aquí está es de nosotros, hijos de puta; si intentan llevárselo, aquí van a quedar de ejemplo”, les dijeron los criminales a los dueños de la cosecha, quienes con tristeza tuvieron que dejar sus cultivos ante la amenaza y quedarse solo lamentando por haber perdido la cosecha.
Algunos de los agricultores resienten que han hecho préstamos en instituciones financieras para poder comprar la semilla, abonos, pesticidas; y en algunos casos para pagar a otros trabajadores para que realicen la siembra del frijol y maíz en la zona.
Ante la pregunta si ya denunciaron esto con la Policía Nacional Civil (PNC), entre dientes y con notorio temor manifestaron que “es mejor dejarle las cosas a Dios y no meterse en problemas. Usted sabe que hoy uno no puede denunciar porque al rato ya lo matan”, dijo con tristeza un poblador que prefirió el anonimato.
Otros agricultores que no residen en la zona, pero que alquilan un terreno en uno de los cantones del referido municipio aseguran que fueron vapuleados por resistirse a dejar sus cultivos y amenazados por los pandilleros con que si vuelven a la zona «no vivirán para contarlo».
Lea también: Pandilleros cobran alquiler de casas en vez de los propietarios
Pese a que San José Guayabal es considerado como uno de los municipios donde no cuentan con presencia de pandillas, como lo asegura el alcalde, lo cierto es que muchos de sus pobladores que viven en los diferentes cantones resienten que esto no es cierto, ya que en muchos de los casos la gente solo calla ante lo que en verdad está pasando por no ser parte de las estadísticas de los homicidios, aseguran.
Por su parte, la Policía informó que este fenómeno no es nuevo. En el año 2015 tuvieron varias denuncias por este hecho, sin embargo, durante el 2016 nadie se ha acercado a la delegación para denunciarlo.
Sin embargo, el alcalde de San José Guayabal, Mauricio Vilanova, llamó telefónicamente a la Redacción de Diario1 para rechazar que en su municipio esté ocurriendo este tipo de hechos, ya que asegura que la alcaldía tiene un amplio control sobre lo que pasa en todo el sector y que no descarta que dicha acusación sea con tintes políticos para dañar su gestión.
Además, el sargento de la delegación del referido municipio dijo desconocer que en el 2015 se haya dado este tipo de casos, tal como lo afirmó a Diario 1 un agente pollicial.
Mientras tanto, en zonas del Gran Salvador, en el plan “Casa Segura” impulsado por las autoridades ha provocado una mutación en las operaciones delincuenciales de las pandillas. Por ejemplo, ya no es frecuente que se apropien de las viviendas desocupadas en algunas zonas asediadas por esas estructuras, sino que detectan las casas alquiladas y exigen a los inquilinos que a ellos deben pagar la renta.