El objetivo era claro: asesinar al jefe de la delegación de la Policía Nacional Civil (PNC) de Quezaltepeque. Este atentado, ocurrido el 5 de abril de 2014, fue orquestado por los principales cabecillas de la pandilla 18 que se encuentran recluidos en el penal de dicho municipio y el centro penitenciario de Izalco en Sonsonate. Asimismo, contó con la autorización de Raúl Mijango, exmediador de la tregua entre pandillas, según lo revelaron testigos protegidos durante un juicio realizado en San Salvador.
El Juzgado Especializado de Sentencia “A” juzgó a cuatro pandilleros involucrados en el ataque a la sede policial de Quezaltepeque y por el homicidio de Mardoqueo Adalberto Hernández Acevedo, quien fue asesinado en sus compañeros el 28 de marzo de 2014 al interior del penal de Izalco.
Los imputados fueron identificados como Milton Alfredo López, alias “Masacre”; Roberto Antonio Hernández Mejía, alias “Pachanga”, así como Henry Omar Escamilla Barrientos y Héctor Hernández Rivera, quienes fueron acusados de los delitos de actos de terrorismo, homicidio, agrupaciones ilícitas e intento de homicidio.
La Fiscalía presentó ante la justicia a los imputados y basó su caso en cuatro testigos criteriados identificados como “Napoleón”, “Arquímedes”, “Nixon” e “Isaías”, quienes revelaron cómo se planificó el atentado en venganza por la muerte a manos de policías de uno de los principales pandilleros de Quezaltepeque. La muerte del reconocido pandillero fue realizada el 19 de febrero de 2014 tras un enfrentamiento entre los criminales y las autoridades.
El expediente fiscal detalla que el ataque armado fue ordenado por los pandilleros “Crazy”, “Muerto de los Planes” y “Cawina”, quienes cumplen largas condenas por una diversidad de delitos. Este último identificado como Marcelino Antonio Guillen.
“El Satánico”, “Cawina”, “Pempo”, “Tigre” y “El Grillito” se reunieron en el patio central del penal de Izalco, donde prometieron vengar la muerte del compañero que pereció al enfrentar a los uniformados.
“Cómo vamos a permitir que estos hijos de p… estén matando homeboys y nosotros sin poder hacer nada”, dijo en dicho encuentro “Cawina”.
“Mira, aquí nos van a meter en un gran pedo, porque hemos dado el municipio como santuario”, dijo “Satánico” al hacer referencia a los municipios libres de violencia que se declararon durante la tregua entre pandillas impulsada durante el gobierno del expresidente Mauricio Funes.
“Aquí de todos modos nos están matando homeboy y con pase o sin pase los vamos a matar”, dijo “Cawina” según lo relatado por el testigo protegido.
El resto de participantes en la reunión recomendaban hablar con “El Muerto de la Palma”, identificado como César Daniel Renderos y con el “Crazy”. Además, con Raúl Mijango, a quien consideraban como “el palabrero general”.
A las 8:30 de la mañana del 5 de abril de 2014, el pandillero con el alias “Niño Crazy”, identificado como Francisco Alvarado Durán, enlazó una llamada telefónica con otros delincuentes denominados “Choster”, «El Muerto de las Palmas”, “Cawina”, “Lágrimas de Lourdes” y Raúl Mijango, según consta en el expediente judicial.
“Queremos pegarle a matar al jefe policial de Quezaltepeque”, dijo en la conversación «El Muerto de las Palmas”.
“Ya sé quién es ese cule… que mató a ese elemento, tópalo, pero no vayan a herir a un niño o un anciano porque vas a ir a parar a Zacate”, respondió Mijango al autorizar el ataque, según el testigo criteriado.
“Vaya, entonces ya tenemos el pase. Entonces, hay que proceder”, respondió «El Muerto de las Palmas”, a la vez, que “Cawina” indicó al “Shugar” que ya sabían lo que tenían que hacer.
“Hoy le vamos a parar los pelos para que vean el poder de la pandillas”, dijo el “Chele Flex”, uno de los participantes en el ataque armado contra la delegación policial.
Los pandilleros comenzaron a preparar los “juguetes” (las armas) y otros artefactos explosivos que utilizarían para asesinar al jefe policial. El atentado se concretó el 5 de abril de 2014 dejando como resultado un agente herido de bala. Minutos después, una patrulla policial fue atacada en el municipio de San Matías, La Libertad. En este hecho un agente murió y dos resultados gravemente heridos.
Por estos hechos fueron capturados varias personas, de las cuales cuatro enfrentaron el juicio en el Juzgado Especializado de Sentencia “A”, pero ninguno de los imputados fue condenado por el ataque armado a la delegación policía de Quezaltepeque.
Las autoridades de justicia desestimaron las declaraciones de los testigos criteriados.
Sin embargo, Henry Omar Escamilla Barrientos, sí fue condenado a 25 años de prisión por el homicidio del pandillero Mardoqueo Adalberto Hernández Acevedo ocurrido al interior del penal de Izalco, Sonsonate.