Una microempresaria salvadoreña vivió los peores momentos de su vida al enterarse que pandilleros le exigían $10,000 a cambio de no matar a sus familiares, atentar contra sus empleados o contra su negocio ubicado en San Salvador.
La exigencia del dinero tenía una fecha específica, el día siguiente a la primer llamada de los extorsionistas, es decir, el domingo 9 de diciembre de 2012, según detalla el expediente presentado por la Fiscalía General de la República ante los tribunales capitalinos.
La víctima cuya identidad se ha protegido bajo la clave “598” aseguró a la Policía que el 8 de diciembre de dicho año, recibió una llamada a su teléfono celular donde los delincuentes le exigían los $10,000, le pidieron colaborar o de lo contrario asesinarían a los miembros de su familia.
«Tenemos las placas de los vehículos de tu familia, los mataremos a todos», dijeron los extorsionistas a la víctima, mientras le advertían que conocían sus movimientos diarios, a sus empleados y los matarían sin remordimiento alguno de no cumplir con la exigencia económica.
La víctima alertó a sus parientes de las llamadas extorsivas y decidieron apagar sus celulares por temor a los criminales.
Las llamadas extorsivas se dirigieron al negocio de la víctima y los empleados fueron amenazados telefónicamente, donde los extorsionistas les dejaban claro que pasaran el mensaje a su jefa: “que si no colaboraba iba a correr la sangre”
Ante la desesperación, “598”, el 12 de diciembre interpuso una denuncia formal ante la Policía y autorizó a un investigador para retomar el caso a fin de capturar a los delincuentes y llevarlos ante los tribunales.
A las 2:00 de la tarde, los extorsionistas llamaron nuevamente, pero esta vez fueron atendidos por un agente encubierto de la Policía, quien negoció la extorsión y acordó un pago de $3,000, cuyo monto sería entregado en un restaurante de comida rápida ubicado sobre el bulevar Constitución de San Salvador.
Los investigadores prepararon un paquete señuelo con recortes de papel periódico, los cuales simulaban los $3,000 que entregarían a los delincuentes.
Los extorsionistas recalcaron que llegarían al lugar en un taxi, propiedad de otro supuesto pandillero que se encargaba de “hacerles los viajes” a la estructura criminal. La Policía montó el operativo de captura para evita que los sujetos escaparan con el dinero.
A las 9:00 de la mañana del 13 de diciembre, un vehículo color amarillo se estacionó frente a un reconocido motel del bulevar Constitución, el cual era abordado por tres sujetos y su conductor. La presencia del automotor alertó a los investigadores.
El taxista condujo en dirección al monumento al Divino Salvador del Mundo, pero metros más adelante retornó y se estacionó frente al restaurante, del mismo bajaron dos sujetos y dos se quedaron al interior del mismo.
El investigador entregó el dinero y los sujetos se fueron en el taxi en dirección a la colonia La Gloria de Mejicanos, donde los sujetos fueron intervenidos por la Policía y les decomisó el paquete señuelo que supuestamente contenía los $3,000.
El operativo dejó la captura de dos adultos y dos menores de edad. Los adultos fueron identificados como Iván Wilfredo Flores Flores, de 18 años y el taxista José Wilfredo Majano, de 38 años. Los cuatro detenidos fueron acusados del delito de extorsión.
El Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador tenía programada la realización de la vista pública contra los imputados adultos; sin embargo, la misma fue suspendida y reprogramada para el 25 de septiembre próximo. Los menores están siendo enjuiciados por el tribunal respectivo.
De ser encontrados culpables, Flores Flores y Majano podrían ser condenados a una pena de hasta 15 años de prisión.