Un sujeto desconocido se acercó a uno de los empleados y le entregó un papel doblado. El mensaje escrito a mano era claro: “Tenés tres horas para comunicarte al 7914-XXXX. Firma el Barrio 18”.
El empleado le entregó el papel a su patrón, tal como le dijo quien se lo entregó. El empresario, asustado, llamó al número escrito en el papel, obedeciendo la orden escrita. Un sujeto le contestó la llamada y no tardó en identificarse como miembro de la pandilla 18. Le dijo que si quería salvar su vida y la de sus empleados tenía que pagar una cuota semanal que más tarde le iban a asignar. Y colgó.
El empresario, tomó nuevamente el teléfono y esta vez avisó a la policía para que le ayudaran. Un investigador tomó el caso y orientó a la víctima sobre cómo tenía que negociar con los pandilleros para luego hacer una entrega controlada.
La víctima recibió un mensaje de otro número en el que le decían que eran los mismos pandilleros, que querían $200 semanales y que no le fuera a avisar a la policía “porque nosotros somos de los que matamos policías”.
Los pandilleros volvieron a contactar a la víctima y le dijeron que la primera entrega sería al siguiente día frente a las oficinas de FONAVIPO, sobre la alameda Juan Pablo II, en San Salvador.
Los policías también le dieron instrucciones al empresario de cómo debía ir y crearon tres grupos de agentes para realizar la entrega. El primer grupo estaría vigilando de cerca los movimientos de los pandilleros y de la víctima, el otro estaría a bordo de un vehículo para tomar fotografías de la entrega, y el tercero detendría a los sujetos con el dinero.
Una vez en el lugar, la víctima se reunió con un joven que le dijo ser pandillero de la 18 entregó un sobre con un paquete de papel periódico recortado y un billete de $5 arriba y otro abajo para simular que era dinero real. Luego de recibir el dinero, el pandillero huyó del lugar, pero los policías lograron detenerlo unas cuadras adelante.
Tras un proceso judicial, Marcial Antonio García, de 19 años fue condenado a 7 años y 6 meses de prisión por el delito de Extorsión Agravada en grado tentado por el Tribunal 3° de Sentencia de San Salvador.