El Salvador
miércoles 27 de noviembre de 2024
Nacionales

Los policías que extorsionaban delincuentes en San Salvador

por Bryan Avelar


Nueve policías conformaron una banda de extorsionistas que se dedicaba a secuestrar delincuentes para pedirles dinero a cambio de dejarlos libres. Esta es su historia.

El testigo criteriado Killer se sienta detrás de una división de madera y jura ante una jueza que la historia que va a contar a continuación es totalmente cierta, y si no lo fuera acepta ser acusado del delito de Falso Testimonio, que podría ser pagado con hasta cinco años de prisión.

-¿Para qué está usted aquí, testigo?, pregunta la fiscal del caso, de pie, a unos cuantos pasos del estrado de la jueza.

-Vengo a confesar las extorsiones que cometimos, responde Killer, y su voz en el altoparlante se escucha como la de un adolescente púbero.

Killer es el nombre que la Fiscalía General de la República usó para proteger la identidad de uno de los miembros de una banda de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) que capturaba delincuentes no precisamente para llevarlos ante la ley, sino para extorsionarlos. Killer no es policía, es un civil amigo de los policías que les ayudaba con transporte y logística para secuestrar gente y luego pedirle dinero por la fuerza. Killer traicionó a su banda y decidió delatarlos ante un juez a cambio de disminuir su condena. Killer es un testigo criteriado.

La voz del testigo suena en las bocinas como la de un adolescente porque ha sido distorsionada, supuestamente para proteger su identidad y evitar que los traicionados tomen represalia contra él. Sin embargo, lo que va a contar a continuación, como en la mayoría de casos en los que la Fiscalía usa testigos criteriados, termina por revelar el papel y posición que tenía en la banda. Suficiente para que los acusados, también presentes en la audiencia, sepan de quién se trata.

-Yo conocía a William allá por el año 2007”, comienza contando el testigo, quien tiene que responder específicamente a las preguntas que le haga la fiscalía o los abogados defensores. Lo conocí a él y a otros policías porque ellos llegaban a tomar a mi casa, éramos amigos, dice.

Killer cuenta que siete años después de haber conocido al agente William Noé Rivas Salguero, en el año 2014, se encontraron un día en el centro de San Salvador, donde este último le presentó a otros cuatro policías, también compañeros suyos.

-Él me los presentó y me dijo que ellos cometían delitos, dice Killer, y carraspea a cada rato, como queriendo aclarar su voz de adolescente.

Luego de esa primera reunión, vinieron muchas más, según relata el testigo. En esas reuniones, planeaban secuestros de personas particulares, comerciantes o incluso de presuntos delincuentes para extorsionarlos. El modus operandi básico de esta estructura, según la acusación fiscal, era simple: los policías capturaban a la persona y le decían que estaba detenida por varios delitos y que si quería conciliar podía pagar en efectivo para que la dejaran libre, a otros les decían que había gente que los querían muertos y que para salvarles la vida tenían que pagar.

“En una ocasión hubo un problema”, cuenta Killer, y explica que a principios del 2014 los agentes planearon la extorsión a un hombre que vendía droga en el centro de San Salvador. Los policías dijeron que ya lo tenían controlado y que sabían que la droga le dejaba buena ganancia.

Llegado el día y la hora de actuar contra el vendedor de droga, Killer lo esperó en una calle solitaria y le dijo que quería comprarle una porción. El vendedor llegó en un vehículo y se puso a negociar y a mostrarle la mercancía. En esas estaban cuando aparecieron los carro patrullas y los agentes lo arrestaron, le quitaron sus documentos para luego llevarlo a la delegación y exigirle el dinero a cambio de su libertad.

-Otra vez me llamaron para que los fuera a dejar a una gasolinera UNO que está por la (calle) Cinco de Noviembre. Me dijeron que tenían que estar allá como a las 11:00 de la noche y yo me fui por ellos como a las 9:00 de la noche. Estuvimos ahí un rato y luego llegamos a la gasolinera. Ahí había tres muchachas. Esas tres muchachas le dijeron a ellos que habían sido engañadas por un coyote y que las había estafado con cuatro mil dólares a cada una, dice Killer, mientras la fiscal continúa haciendo preguntas para que el testigo siga narrando una historia sacada a cucharadas.

Según el relato del testigo, esa noche llegaron a la gasolinera en un vehículo Mitsubishi color blanco, y una vez en el lugar, los policías le pidieron dos mil dólares a las mujeres que los habían llamado para “hacer cumplir la justicia” a su modo. Las mujeres dieron la dirección y características del traficante de personas que les quitó $4 mil a cada una y no les cruzó la frontera para llegar, probablemente, a Estados Unidos.

Killer continúa narrando una a una las extorsiones en las que participó junto con los policías. Continúa delatando a los que una vez fueron sus compañeros, a los que una vez le dieron parte del botín.

Luego de Killer pasa al banquillo el testigo llamado “Neptuno”, este no tiene el papel de criteriado sino de víctima, pero también su identidad ha sido protegida por motivos de seguridad. Neptuno no va a contar solo lo que vio sino lo que vivió en carne propia a manos de los policías que, en sus palabras, lo “privaron de libertad” para pedirle dinero.

“Estoy aquí porque fui víctima de unos policías”, son las primeras palabras de Neptuno luego de que la fiscal le preguntara – por protocolo – el motivo de su llegada.

Neptuno cuenta que los hechos en su contra ocurrieron cerca de las 4:00 de la tarde del 18 de noviembre del año 2014, cuando se conducía en su vehículo acompañado de otra víctima a quien la fiscalía quiso llamar con el nombre clave “1795”. En esa fecha, según relata la víctima, dos carros rojos se le cruzaron en su camino y de ellos se bajaron un aproximado de ocho hombres –

-Unos iban uniformados de azul, de policías, pero había dos que no. El que se acercó a mi carro y me dijo que me bajara iba de particular. Él me preguntó que como me llamaba y después de eso me dijo que yo estaba detenido por el delito de extorsión. Me esposaron, me quitaron los documentos y me llevaron a uno de los carros que andaban ellos, cuenta Neptuno.

El testigo continúa relatando que una vez adentro del carro, uno de los agentes a quien más tarde reconocería como Jeremías Alexánder Mena Díaz ordenó que se le quitaran las llaves del carro y se lo llevaran a la delegación. Quien cumplió la orden, según su testimonio, fue el agente Jorge Alberto González Martínez.

-Me metieron al carro y me subieron la camisa hasta la cabeza para que no pudiera ver. Luego me dijeron que me llevaban para una delegación. Estando allí me tuvieron en un patio como cuatro horas. Luego, el mismo agente que ordenó que me esposaran se me acercó y me dijo que yo había extorsionado a un montón de gente y que las víctimas estaban molestas, pero que si quería conciliar con ellas les tenía que dar dinero, narra el testigo clave Neptuno.

La víctima además señala en su testimonio que clave “1975” también fue privada de libertad y extorsionada por los agentes de la PNC, y no fue sino hasta treinta días después de su captura que lo dejaron libre, tras una orden de la Fiscalía que ordenaba su libertad.

Los nueve agentes que conformaban esta banda fueron identificados como Francisco Antonio Guerrero Acosta, William Noé Rivas Salguero, Jaime Alcides Martínez, José Eduardo Bautista Vásquez, Jorge Alberto González Martínez, Job Nehemías García Ramírez, Jeremías Alexánder Mena Díaz, Carlos Antonio Cortez Beltrán y Nery Guevara Rodríguez.

A estos nueve la fiscalía los acusa de haber extorsionado a varias personas, entre ellas algunos comerciantes, personas particulares o incluso a delincuentes. Por ello fueron capturados el pasado 29 de noviembre del 2014 y llevados ante un tribunal.

Este viernes ocho de julio del 2016, se realizó la segunda parte de la vista pública en la que se decidirá si los oficiales son condenados y se determina la purga que deberán pagar; sin embargo, debido a la abundancia de prueba testimonial de los testigos protegidos y criteriados, el fallo será dado hasta la próxima semana.