Todo parecía normal cuando el agente policial José Luis Luna Chicas, de 26 años, se despidió de sus compañeros de trabajo de la subdelegación de la Policía Nacional Civil (PNC) de Morazán, cerca de las 10 de la mañana de este martes, sin denotar problemas o que alguna situación lo mantuviera preocupado como para acabar con su propia vida.
Luna Chicas entregó su turno laboral como era costumbre y se dirigió a su vivienda ubicada en el cantón Agua Fría de esa localidad, relató uno de los agentes que prefirió el anonimato.
“Aquel era bien tranquilo, incluso cuando se despidió de nosotros lo hizo bromeando”, cuenta uno de sus compañeros.
El agente Luna Chicas se habría quitado la vida en su casa de habitación y con el arma de equipo que tenía asignada, detalló la Policía.
De acuerdo con policías que lo conocieron, el agente tenía seis años de estar destacado en la subdelegación de Morazán y nunca había mostrado alguna actitud violenta o conflictiva con ninguno de ellos.
La muerte del uniformado los ha dejado anonadados, ya que manifiestan que Luna Chicas nunca les dijo que tuviera problemas con su familia o que hubiera sido amenazado, por lo que la noticia los tomó por sorpresa.
Por otra parte resienten que la carga de trabajo a la que son sometidos provoca estrés y en muchos de los casos ello implica que deben dejar a su familia por largos días, lo que genera desestabilidad emocional.
El agente policial deja a un niño de siete años y seis meses en la orfandad, señalaron sus compañeros de trabajo.
El incidente no es nuevo en la zona, ya que hace al menos dos años ocurrió un incidente similar, manifestaron compañeros de Luna Chicas.