El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Nacionales

Mapaches, cuervos y coyotes: los únicos “delincuentes” de Nuevo Edén de San Juan

por Redacción


Desde hace más de 25 años, los habitantes de este municipio no reportan ni un solo homicidio. Además, Nuevo Edén de San Juan es un territorio libre de pandillas y de cualquier actividad delincuencial.

La delincuencia es uno de los principales problemas de los salvadoreños. Homicidios a plena luz del día, robos y extorsión, son algunos de los delitos que afectan los ciudadanos, pero en la zona norte del departamento de San Miguel se esconde un municipio que desde hace 25 años no reporta ningún asesinato y desde los tiempos del conflicto armado nadie muere violentamente en el lugar.

El municipio de Nuevo Edén de San Juan, ubicado en la zona fronteriza con Honduras, cuenta con aproximadamente 5,000 habitantes que parecen vivir en un paraíso terrenal y en una verdadera zona libre de violencia

Don Armando López, de 60 años, nació en este municipio y recuerda cómo muchos civiles, soldados y guerrilleros murieron en la guerra civil, y aunque nunca tomó las armas, era parte de la base social de los movimientos populares del FMLN. En la actualidad, vive en un mundo opuesto, de paz y tranquilidad, donde los únicos “delincuentes” son algunos mapaches, cuervos y coyotes que invaden los cultivos o el ganado de los habitantes.

Es común ver en las noticias a los criminales más buscados, dicen don Armando, pero en Nuevo Edén de San Juan, algunos mamíferos de la zona son los únicos que pueden compararse con un antisocial; por lo mismo, el territorio está libre de pandillas u otras organizaciones criminales.

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Salvador Sagastizado. D1

El hombre de barba blanca prepara sus armas para buscar y ahuyentar a los “delincuentes”. Su armamento consiste en una bolsa repleta de pequeños cohetes y unas ”palometas”, ambos productos pirotécnicos de colores, que al detonar asustan a los intrusos en los campos.

También varios sombreros camisas, pantalones desgastados y rotos, son utilizados para vestir a los espantapájaros que contribuyen a alejar a las aves de las cosechas.

En la lista de los más buscados de la Policía de este pueblo, no están pandilleros, extorsionsitas o narcotraficantes. La conforman coyotes, mapaches y un grupo de cuervos. Los delitos de estos “delincuentes” son comer y dañar las cosechas de maíz, maicillo y robar las gallinas que se encuentran en los enormes patios de las viviendas, dice don Armando, uno de los agricultores que han sido afectados por estos irrespetuosos animales.

“Todos los días tengo que llevar una bolsada de cohetes, los espero escondido en medio de las matas, ahí les tiendo la emboscada”, asegura el jornalero mientras sonríe ampliamente por lo que también considera una travesura.

“El esposo mío hizo milpa este año que pasó y se lo comieron los mapaches y los coyotes”, manifestó Luz Campos, la esposa de uno de los agricultores del municipio.

No es un cuento que dicho municipio no reporta ningún homicidio desde el conflicto armado. Eso lo confirma el alcalde del lugar, Marquiovic Villegas Cedillos, quien aseguró que las causas de defunción más comunes son enfermedades o accidentes, pero no por hechos violentos.

El municipio está rodeado por tres amenazas latentes. A unos kilómetros está localizado El Penal de Ciudad Barrios en el departamento de San Miguel y los municipios de Ciudad Dolores y Sensuntepeque del departamento de Cabañas; en dichos lugares operan grupos de pandillas MS y 18, los homicidios y las extorsiones son los delitos que se cometen a diario, pero no han podido pasar la fronteras invisibles de Nuevo Edén de San Juan.

“Nuestro municipio fue golpeado por la guerra, fue un pueblo fantasma y quedamos amargados de tanta violencia, nuestros jóvenes son temerosos de meterse en problemas”, aseguró el alcalde Villegas.

De los 5, 000 habitantes distribuidos en siete cantones, el 40 por ciento de las familias tiene al menos un familiar que emigró a Estados Unidos. La economía es impulsada por remesas, mientras que la agricultura y la ganadería genera los empleos de jóvenes y adultos.

Salvador Sagastizado. D1

Salvador Sagastizado. D1

“En San Juan no hay vagancia; los muchachos o se van para los Estados o se quedan trabajando la tierra. Aquí es una parte bien honrada, los muchachos de aquí son más tímidos, le tienen miedo al peligro», aseguró María Ruíz, de 50 años, mientras camina por las calles del municipio y se protege con una sombrilla de los intensos rayos del sol.

Pedro Ortega, un ex comandante guerrillero, aseguró que por la noche la población acostumbra dormir en sus hamacas, con las puertas y ventanas abiertas. “Se ponen barricadas para que los tacuazines y mapaches no entren a las cocinas. Lo más grave aquí es el calor, no se puede dormir de noche, el calor no se aguanta “, afirmó el hombre que dijo sentirse feliz de vivir lejos de la violencia a pesar de la grave criminalidad que presenta El Salvador, uno de los países más violentos del mundo.

Salvador Sagastizado. D1

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