La ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, explicó que los daños causados por el derrame de melaza en el caudal del río Magdalena, en Santa Ana, habría afectado a una comunidad guatemalteca que vivía en las zonas aledañas.
El derrame de 9 mil galones de melaza ocurrió el pasado viernes en horas de la tarde cuando, según los trabajadores del ingenio de caña de azúcar “Magdalena”, el contenedor donde se almacenaba el líquido viscoso no soportó la presión y cedió.
De acuerdo con las evaluaciones preliminares realizadas por el MARN, esta tragedia, que ha sido catalogada como desastre ambiental, pudo ser evitada, según dijo Pohl.
La ministra explicó que la primera acción a tomar fue desviar el caudal del río desde donde comienza la afectación que abarcó cerca de diez kilómetros, y que en el transcurso de este martes, se enviará un informe al Ministerio de Recursos Naturales de Guatemala para, posteriormente, ver cómo se trabajara en dicho país para solventar las afectaciones.
Ángel Ibarra, viceministro de Medio Ambiente, exigió que la empresa responsable de la tragedia se haga cargo de los daños causados a la flora y fauna del lugar. Ibarra espera que las acciones de la institución correspondan a la magnitud de los daños causados. Se habla de una multa que rondaría los $10 millones.
El viceministro también mencionó que el agua del río ha sido declarada inviable para consumo humano y explicó que tres familias fueron reubicadas en un albergue provisional, debido al gas carbono que se produjo en la zona.
Por su parte, el ingenio no ha sentado su posición explicando lo sucedido y las acciones que llevará a cabo.
Por el momento, el MARN procura que la melaza ya no siga entrando al río con ayuda de un dique (muro perimetral), mientras que la que ha quedado en el agua siga enfriándose para hacer su disposición final.