El presidente Salvador Sánchez Cerén decretó este jueves estado de emergencia por el desabastecimiento de agua en sectores populosos del Gran San Salvador, en donde algunos de sus habitantes han efectuado medidas de hecho al no contar con el vital líquido.
Dentro de las medidas contempladas en la declaratoria de emergencia está la gestión de más de 3.5 millones de dólares para la compra y alquiler de pipas, además de la construcción de dos pozos para abastecer el área metropolitana.
El gobierno atribuye esta crisis a un decrecimiento en la producción de medio metro cúbico de agua por segundo, ocasionado por el fenómeno del cambio climático y un descenso en los mantos friáticos del país por la sequía que ha asolado al país por cuatro años.
Como parte de las medidas, la Dirección de Protección Civil decretó alerta naranja en el área metropolitana de San Salvador, para poder echar mano de cualquier recurso para abastecer de agua a las comunidades más afectadas y evitar el consumo innecesario de la misma.
El director de la entidad, Jorge Meléndez, señaló que sin importar lo copioso que pueda ser el invierno este año, tomará al menos dos años que los mantos friáticos se recuperen y capten el mismo nivel de agua previo a los años de sequía.
Por otra parte, Sánchez Cerén agregó que buscarán una serie de medidas a largo plazo para evitar el desabastecimiento en los años venideros. Entre ellas están la inversión en la readecuación de la Planta Potabilizadora de Las Pavas, la cual requerirá la ratificación de un préstamo por parte de la Asamblea Legislativa.
Otra medida que requerirá apoyo parlamentario es la aprobación de la Ley de Aguas, por la cual el gobierno presionará, anunció Sánchez Cerén.