Una mujer que desde los 13 años aprendió el oficio de costurera y que actualmente tiene 34, aseguró ser inocente del delito de extorsión, luego que fuera capturada en el centro de San Salvador, después que recogiera $250 que pandilleros de la Mara Salvatrucha estaban exigiendo a un comerciante.
La mujer trató de engañar a la jueza del caso e inventó que pandilleros la habían obligado a abandonar su máquina de coser, y desde Soyapango, dirigirse al parque Gerardo Barrios, donde una persona la esperaría para entregarle un dinero, que posteriormente sería llevado a un delincuente recluido en el penal de Apanteos en Santa Ana.
La imputada identificada como María Vicenta Flores de Miranda relató que recibió una llamada de un pandillero, el cual le exigía $600 para no matarla ni atentar contra su familia, pero como no pudo pagar dicha cantidad, le pidió “por favor” que acudiera al centro capitalino para recoger un dinero que un familiar le mandaría.
Aproximadamente a las 12:00 del mediodía, la acusada recibió el paquete de dinero, pero desconocía que la víctima protegida bajo la clave “julio” había puesto la denuncia en la Policía y la persona que le entregaba el efectivo, era un agente encubierto de la unidad antiextorsión.
A penas dio unos pasos para retirarse del lugar, la mujer fue intervenida por agentes, que le informaron que estaba detenida y acusada del delito de extorsión.
En su defensa, la mujer aseguró que los pandilleros la habían obligado, de no aceptar, matarían a una de sus hijas.
La Fiscalía logró demostrar la relación telefónica del pandillero extorsionista y la costurera, es decir, había una planificación para cometer el hecho.
La jueza del caso restó validez a la coartada de la costurera, confirmó su relación con las estructuras criminales y la condenó a 10 años y un mes de prisión.