La Fiscalía y la Policía presentaron a dos sujetos acusados de ser los autores directos de la masacre ocurrida en la colonia Quezaltepeque de Santa Tecla, quienes según las investigaciones fueron empleados de la familia que fue brutalmente asesinada.
Los sujetos fueron identificados como Mauricio Méndez Hernández, a quien se le decomisó $13,000 en efectivo, y Pedro Guerra, ambos habían realizado reparaciones en la vivienda de las víctimas.
“Estamos claros y vamos a ser fuertes en esto. A estos sujetos los vamos a tratar como criminales sanguinarios. No es posible que estén atacando a personas inocentes y civiles inocentes. Vamos a pedir la pena máxima”, dijo Douglas Meléndez, Fiscal General de la República.
“Para este tipo de actividades delictivas violentas, no son sujetos que participen en hechos como esto, la circunstancia facilitó y permitió que se llegara a este final, la muerte de tres personas y las lesiones de una cuarta víctima”, expresó Juan Carlos Marín, jefe de la Dirección Central de Investigaciones (DCI).
Las autoridades detallaron que los acusados conocían los movimientos de las víctimas, aprovecharon dicha información para planificar, robar y cometer los homicidios.
Además, que los sujetos pedían a la familia $100,000 a cambio de no matarlos, pero solamente lograron obtener $20,000 tras saquear sus cuentas bancarias y finalmente cometieron los asesinatos.
El que más conocía la casa y los movimientos de la familia era Mauricio Méndez, quien acompañado de otros sujetos ingresaron a la vivienda sin hacer uso de la fuerza, ya que tenía duplicado de las llaves.
Alrededor de las 4:00 de la mañana, los sujetos ingresaron por la puerta principal, aprovechando que las víctimas aun estaban dormidos. Y acto seguido los inmovilizaron y amenazaron para que a cambio de no matarlos les entregaran $100 mil.
Fue así como posteriormente una de las víctimas salió hacia una agencia bancaria, ubicada en Ciudad Merliot, para dar el dinero a los delincuentes.
Este movimiento quedó registrado en cámaras de videovigilancia de la ciudad. Se observó el vehículo de la víctima y un segundo auto que brindaba seguridad a los delincuentes.
Cuando regresaron a la casa, Ricardo Cardona (esposo y padre de las asesinadas) ofreció a Mauricio Méndez otros $5,000 a cambio de que no les hicieran daño. Pero los delincuentes comenzaron a atacar con armas blancas a las víctimas.
El señor Cardona, quien se encuentra hospitalizado, logró encerrarse en una de las habitaciones. Y comenzó a gritar que llegaría la Policía, por lo que los sujetos optaron por huir.
Aunque la Fiscalía asegura que hasta el momento no hay pruebas de que los dos capturados sean miembros de pandillas, las investigaciones buscarán determinar si el resto de sujetos que participaron en la masacre tienen algún vínculo con estructuras pandilleriles, sobre todo porque la zona donde vivían los implicados operan esos grupos.
Los sujetos capturados serán acusados del delito de homicidio y feminicidio. Se ser encontrados culpables podrían recibir una pena de entre 30 y 50 años de prisión.