Gabriel Cisneros Mónico, un instructor del arte marcial china kung fu que mantuvo como rehenes a sus familiares con una katana (espada samurái) desde la mañana de este sábado, abrió las puertas de la escuela en la que permanecía resguardado, aunque rehúsa entregarse a la Policía.
Los medios de comunicación que cubrieron el incidente desde la mañana, tuvieron la oportunidad de hablar con Gabriel, quien dijo no haber lastimado a nadie y acusó unas molestias en su piel, causadas por el gas pimienta usado por elementos de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), en un intento por disuadirlo.
“Sé que no he lastimado a nadie (…) Tengo paz en mi interior” dijo Cisneros Mónico en breves palabras a la prensa. El joven permanecía refugiado en unas instalaciones en las que se puede apreciar algunas espadas de “kendo” hechas de madera.
En video exclusivo captado por Diario1, negó además que se encuentre en tratamiento psiquiátrico.
(Con reportes de Salvador Sagastizado)
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