Nadie sospechaba que un hombre que se dedicaba a vender tortas en el parque central del municipio de San Martín era colaborador del Barrio 18 y desde su carrito se dedicaba a informar a la pandilla de todo lo que ocurría en la zona.
Camilo Vásquez, un hombre fornido, cara redonda y de 27 años, fue descubierto por miembros de la Mara Salvatrucha, quienes lo mataron de varios disparos.
Una llamada telefónica de un «poste»; es decir, un pandillero que se dedica a vigilar el territorio, informó a los homicidas que el pandillero contrario se encontraba con su carrito en el parque, frente a la iglesia católica y a un costado de la alcaldía municipal.
Tres pandilleros hicieron parada a una ruta 140 que se dirigía del proyecto Santa Teresa al centro de San Salvador, ordenaron a los pasajeros bajar de la unidad y exigieron al motorista continuar con su recorrido.
Una cuadra antes de donde se encontraba el vendedor de tortas, los pandilleros de la Mara Salvatrucha, pidieron al conductor estacionarse y esperarlos, uno se quedó cerca del microbús para alertar a sus compañeros en el caso que se acercara la Policía.
Con sus armas en la mano, los dos pandilleros alías “Homy” y “Grillo”, se acercaron al pandillero contrario y le dispararon en al menos ocho ocasiones. El vendedor de panes trató de huir, pero recibió varios balazos en la espalda, los cuales perforaron órganos vitales, por lo que murió inmediatamente.
Los hechores regresaron al microbús, ordenaron al motorista conducir de regreso al proyecto Santa Teresa y aplicar el lema de las pandillas: “ver, oír y callar”.
Uno de los pandilleros que participó en el hecho ocurrido en 2010 aceptó colaborar con la Policía y relató cómo sucedieron las cosas.
Los delincuentes fueron capturados a mediados de 2015 y presentados a un tribunal especializado de sentencia de San Salvador, donde se espera que la vista pública sea realizada después de Semana Santa.