Una copas de más y manejar bajo los efectos del alcohol, fue lo que llevó a la muerte a Ángel Fernando Ábrego, de 27 años, quien fue abatido a tiros por policías, después que no se detuviera en un retén ubicado en las cercanías de Salvador del Mundo en San Salvador.
La familia del fallecido denuncia que la policía abusó de su autoridad al matar a un joven “inocente, trabajador y educado”, aunque reconoce, que el momento del incidente se encontraba en estado de ebriedad.
La noche del lunes, la víctima y su tío, salieron a probar un vehículo que recién habían adquirido, color rojo y decidieron pasar por unos tragos a un bar capitalino. Ábrego era quien conducía el automotor.
Al salir del bar, los hombres se incorporaron a la alameda Juan Pablo II y 59 avenida Norte, en dirección a una universidad privada, luego a la alameda Roosevelt en dirección a la plaza Salvador del Mundo, donde se encontraba un retén policial, y agentes le hicieron parada para realizar un chequeo de rutina.
Según los familiares, el joven se puso nervioso ante la posibilidad de ser descubierto manejando bajo los efectos del alcohol, por lo que decidió no detenerse, y continúo manejando en dirección al paseo general Escalón.
La acción del conductor del automotor, alertó a los policías, se inició una persecución hasta el redondel Masferrer, donde agentes dispararon contra el vehículo causando la muerte de “Fernandito”, como le llamaba su familia al fallecido.
Fernando recibió tres disparos de los agentes, uno en la cabeza, otro en el adbomen y el último en la pierna derecha.
El tío, que se encontraba en el asiento del copiloto, salió ileso de la lluvia de balas, pero fue capturado por las autoridades. Actualmente se encuentra en bartolinas policiales.
El caso, inmediatamente fue retomado por los medios de comunicación, donde la Policía informó que el fallecido y su tío, eran delincuentes, se les decomisaron unas armas y que trataban de huir del dispositivo policial.
La familia del fallecido, pequeños comerciantes, afirman que el error del joven fue no detenerse en el retén, pero consideran excesivo que dispararan contra él y que hasta terminaran con su vida. Además, negaron que los hombres portaran algún tipo de armas de fuego.
Finalmente, piden una investigación exhaustiva, para determinar responsabilidades de los agentes que participaron en el hecho y que se limpie el nombre de Ábrego, se aclare que no era un delincuente y todo se trató de un mal entendido.