Un grupo de pandilleros de la Mara Salvatrucha fueron capturados a inicios de 2010 acusados del delito de extorsión, en perjuicio de varios comerciantes de San Martín, el caso, estaba fundamentado en un testigo protegido, el cual fue asesinado por dicha estructura criminal, cuando la víctima pretendía abordar un autobús de la ruta 190.
Un cabecilla de la pandilla, que se encuentra recluido en el penal de Chalatenango, ordenó el asesinato de Manuel Alfredo Portillo Hernández, aunque no detalló de dónde obtuvo la identidad de la persona que las autoridades debieron haber protegido como parte del un proceso penal.
El criminal informó que la víctima se encontraba en una parada de autobús en el desvío a Istahua, sobre la carretera Panamericana, por lo que los pandilleros fueron al lugar, para cumplir las órdenes de la clica.
El testigo protegido, era despachador de la ruta 140, pero cuando los delincuentes llegaron, ya no se encontraba, preguntaron por él y transeúntes les detallaron que el mismo se dirigía hacia San José guayabal. Los sujetos abordaron vehículo color blanco, que tenía reporte de robo y le dieron seguimiento.
Los pandilleros observaron que el testigo estaba en una parada de autobús y se disponía a abordar una unidad, fue ahí, cuando uno de los homicidas llegó y le dio tres disparos en la cabeza. El cuerpo quedó frente a la puerta delantera de automotor.
Otro pandillero, tomó el arma, y le dio otros tres disparos, cuando la víctima se encontraba ya fallecida.
Los criminales huyeron de la escena, en el mismo vehículo blanco con reporte de robo y creyeron que no serían detenidos por las autoridades.
Sin embargo, un tercer pandillero que conducía el vehículo, decidió colaborar con las autoridades y detalló cómo sucedieron los hechos, por lo que se logró la captura de Jorge Antonio Trujillo y Jorge Antonio Estrada Gutiérrez, quienes fueron acusados del delito de homicidio agravado.
El caso se encuentra en Juzgado Especializado de Sentencia de San Salvador y se espera que la vista pública sea realizada el próximo seis de abril; es decir, después de Semana Santa.
De ser encontrados culpables, los pandilleros de la Mara Salvatrucha, podrían recibir una pena de hasta 30 años de prisión.