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El municipio de Cuisnahuat en el departamento de Sonsonate fue el lugar donde procedían tres de las once víctimas de la masacre en San Juan Opico cometida el pasado jueves. Este sábado se dio sepultura a tres de los trabajadores de la Empresa Distribuidora Eléctrica Salvadoreña (EDESAL).
Decenas de habitantes del municipio acompañaron las carrozas fúnebres de los cuerpos que fueron entregados el pasado viernes a las familias. Dicha masacre conmocionó al país y pasó a ser la segunda más grande en lo que va del siglo en El Salvador, luego de la quema de un bus en 2010 en Mejicanos, San Salvador, donde murieron 17 personas.
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