Cuando la abuela llevaba a Pasita a la casa del padre después del kínder nunca pensó que la dejaba a merced de un violador. Fue en 2010 en el departamento de Ahuachapán cuando José Emilio Gonzales, empleado de la Procuraduría General de la República de la Oficina de Ahuachapán, agredió sexualmente a la niña de seis años de edad.
González se aprovechó de ser un conocido del padre de la menor para poder entra a la casa. Cuando la menor llegaba del kínder el agresor la esperaba en la vivienda.
La menor vivía con su madre. Esta le pedía a la abuela paterna de la menor que la cuidara mientras el padre de Pasita trabajaba. Su abuela cada día la recogía del kínder para llevársela a la casa de su hijo. González esperaba a que la menor estuviera sola y poder acercársele para manosearla en de forma violenta y atacarla sexualmente tocando sus genitales.
Según las investigaciones realizadas por la Unidad de Delitos Relativos a la niñez, Adolescencia y la Mujer de la Oficina Fiscal de Ahuachapán, en 2013 un familiar de la menor notó las reacciones de la niña cuando González llegaba a la casa. La abuela interpuso una denuncia contra el agresor, quien fue capturado bajo el delito de agresión sexual a una menor.
Tras evaluar las pruebas presentadas, el Tribunal de Sentencia de Ahuachapán condenó a doce años de cárcel a González por el delito de Agresión sexual en Menor e Incapaz con Modalidad de Delito Continuado en perjuicio de una menor.