Luego de anunciar el retiro de Benito Lara del ministerio de Justicia y colocar en su lugar al exdirector de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Ramírez Landaverde, el presidente Salvador Sánchez Cerén aseguró que evaluará durante un año el desempeño del nuevo gabinete y, de no reducirse el número de homicidios, volverá a tomar medidas.
“Si en el transcurso del año no avanzan estas metas tendía que actuar”, dijo el mandatario salvadoreño, aunque explicó que por el momento no tiene pensados más cambios dentro de la cartera de Seguridad.
De acuerdo con el presidente, los cambios en el gabinete de Seguridad parten del incremento de homicidios que sufrió el país el año pasado, cerrando con la cifra histórica de más de 6,600 muertes violentas y una tasa de más de 100 asesinatos por cada 100 mil habitantes, la mayor de América Latina.
Sánchez Cerén prometió que en esta “nueva etapa” llevará un control diario de la efectividad del nuevo gabinete y que la nueva estrategia de gobierno no debe salirse del marco del Plan El Salvador Seguro.
“Nosotros no estamos en la lógica del manodurismo, no estamos en la lógica de negociar con las pandillas sino de combatir pero también de gesticular el área social”, dijo el presidente, al mismo tiempo que señaló que uno de los principales objetivos para este año es cortar el vínculo entre las pandillas y el narcotráfico.
Por su parte, el nuevo ministro de Justicia y Seguridad Pública no contradijo el discurso de su predecesor diciendo que el año pasado “se superaron los objetivos en materia de seguridad”; sin embargo, señaló que las históricas cifras de homicidios “invisibiliza muchos logros importantes, resultados positivos que las instituciones desarrollan”, dijo.