Eran cerca de las once de la mañana cuando Abel Alberto Martínezsacó la llave del carro de su bolsa e intentó abrir la puerta del conductor. Adentro ya lo esperaba su acompañante, una señorita joven que estaba en el asiento del copiloto. Pero apenas acercó la llave a la puerta vio a un pandillero del Barrio 18 que se acercaba hacia él con una pistola en la mano.
Abel abandonó la opción de huir en el carro y buscó una moto que estaba al otro lado de la calle, frente al mercado municipal de San Marcos, e intentó subirse a ella, encenderla y huir de la muerte que se materializó en el otro pandillero que lo perseguía con el plomo en la mano. Pero no pudo. Los vigilantes del mercado lo alcanzaron a ver y se abalanzaron sobre él por el intento de robo. Abel huyó.
A menos de 15 metros de donde sucedía todo esto estaba el testigo clave llamado “Rayo” que ayudó a la Fiscalía General de la República (FGR) a reconstruir los hechos. Todo lo vio de cerca.
“Rayo” cuenta que pudo ver cómo Abelcorría desesperado, perseguido también por los vigilantes del mercado que también querían atraparlo por el fallido intento de robo. Sin embargo, a menos de media cuadra de donde quedó la moto, cuando doblaron en la esquina, Ever Axume Asencio, alias “El Chuky”, pandillero del Barrio 18 le asestó varios disparos a Abel, quien cayó muerto a media calle.
“El Chuky”, un metro sesenta, delgado, pelo negó corto, vestía una camisa polo cuando cobró la venganza. “Rayo” lo pudo identificar. Un día después, cerca de la pasarela de la termina de buses de San Marcos, tres agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) capturó a “El Chuky”.
El Juzgado Sexto de Sentencia de San Salvador logró condenar este pasado lunes a El Chuky por el homicidio agravado en contra de Abel y lo condenó a 15 años de cárcel que deberá pagar en el sistema penitenciario salvadoreño.