La Mara Salvatrucha (MS-13) tiene un campo de entrenamiento militar en San Juan Opico, La Libertad. Y un día de tantos lo ocupó y después de la práctica llevó a sus soldados a tomarse una fotografía para inmortalizar el momento y de paso demostrar que tienen absoluto control e impunidad en el terreno en el que acababan de formarse marcialmente.
Por eso es que el 30 de diciembre llegó a manos de la Policía Nacional Civil (PNC) la fotografía de un grupo de mareros que posan con fusiles de varios calibres y pistolas. ¿Cómo terminó en sus escritorios? La guerra entre el Barrio 18 y la MS trasciende lo militar y abarca espionaje mutuo. Y paradójicamente la sustrajeron del móvil de un pandillero que fue asesinado –junto a una mujer y otra persona más- en Montes de San Bartolo IV, Soyapango.
La fotografía es reveladora y es una muestra más del poderío militar que cada día acumulan esos grupos criminales en zonas rurales.
“Al igual que los asesinatos las fotos son un mensaje de terror que alimenta a las pandillas, les llena el ego”, explicó Óscar Peraza, asesor de seguridad. Agregó, además, que portan fusiles AK-47, UZI, pistolas 9MM y otras.
A mediados de octubre de 2014 trascendió en los medios de comunicación otra fotografía de pandilleros fuertemente armados que posaban después de un entrenamiento en el cantón El Meneadero, Zacatecoluca, La Paz. Esa localidad, en los meses siguientes, se convirtió en uno de los escenarios más intensos de la guerra entre criminales y la que ellos libran contra el Estado.
En esa ocasión los vecinos aseguraron que observaban que en las noches columnas de hasta 30 pandilleros llevaban armas de alto poder destructivo y escuchaban detonaciones que les impedían conciliar el sueño.