El informe de los especialistas del Hospital Rosales arrojó luz sobre el estado de salud del expresidente Francisco Flores, el cual se encontraba inmerso en una nebulosa de rumores, pero el diagnóstico de “daño neurológico irreversible” como consecuencia de un infarto cerebral sufrido el pasado domingo, no parece vaticinar algo esperanzador para el exmandatario.
Durante días se especuló que Francisco Flores había caído en muerte cerebral, pero el equipo de peritos del Hospital Rosales estableció que no es posible aseverar tal condición. Sin embargo, según las opiniones de médicos expertos recabadas por este medio sostienen que la condición de daño neurológico irreversible puede derivar en la muerte cerebral del paciente, o dejar secuelas en la persona, como dejarla en estado vegetativo persistente.
El deterioro neurológico irreversible, según los expertos, involucra centros de presión arterial, así como daños a otros órganos como los riñones.
Flores permanece en coma inducido en un hospital privado de la capital, en donde se le ha practicado cateterismo y otra serie de intervenciones quirúrgicas, para algunos expertos, despertar del coma a pacientes con daño neurológico irreversible solo les haría más daño y complicaría sus posibilidades de vida.
El reconocido neurofisiólogo salvadoreño Luis Ernesto González explicó que la más común de las derivaciones en los pacientes con daño neurológico irreversible es el estado vegetativo persistente. De acuerdo al especialista, las posibilidades de este desenlace son superiores al 90 por ciento.
El estado vegetativo persistente implica que los pacientes solo cuentan con funciones cardíacas, digestivas y renales, pero han perdido cualquier capacidad de interactuar con su realidad. En muchos casos la alimentación de estos pacientes es por medio de una sonda y no son capaces de controlar sus propias secreciones.
La esperanza de vida máxima de los pacientes en estado vegetativo persistente es de un año, sostuvo González.
El experto aclaró que un daño neurológico irreversible en un paciente surge cuando la persona no ha tenido ningún tipo de recuperación de un accidente cerebro vascular de la carótida interna después de cuatro días.
“Se daña el cerebro dominante y las arterias que nutren los núcleos de la vida, la conciencia, la inteligencia (habla y visión) se ven afectados”, manifestó.
González reconoció que los pacientes con daños neurológicos irreversibles, pueden desarrollar muerte cerebral, lo que implica la pérdida de las funciones de presión arterial en una persona y la dependencia de una máquina para seguir respirando.
Otro escenario probable para las personas con daño neurológico irreversible, agrega, es que el hemisferio derecho del cerebro se recupere y asuma funciones que tenía el hemisferio izquierdo, el cual es el encargado de controlar los sentimientos y las capacidades intelectuales como escribir o comunicarse.
Mientras mayor nivel cultural tenga la persona, se pueden desarrollar neuronas en espejo (…) Los pacientes con estudios académicos superiores tienen altas reservas de neuronas en espejo”, mencionó González.
En algunos casos, añade, este tipo de paciente pueden recuperar en lapsos de hasta ocho meses la capacidad de hablar y desarrollar Síndrome de Klüver-Bucy, el cual se caracteriza por hacer que las personas lloren o rían por cosas insignificantes, debido a que el hemisferio derecho que queda funcionando, es muy emotivo.
González concluyó que el tratamiento para este tipo de pacientes, sin importar que tan caro pueda ser este, solo procura preservar la vida y las progresiones en esta condición dependen principalmente de la composición genética de los pacientes.