Berta Deleón, María Teresa Naves y René Landaverde son abogados que trabajan en las oenegés FESPAD e ISD. Los tres también se desempeñan como querellantes –acusadores privados- en el juicio contra el expresidente Francisco Flores acusado del desvío de $15,000, 000 de la cooperación de Taiwán entre los años 2003 y 2004.
Por su participación en el proceso contra el exmandatario, aseguró Deleón, desde noviembre pasado son víctimas de acoso: a ella la han perseguido una camioneta Nissan y un picap Volkswagen desde su lugar de trabajo ubicado en el bulevar de Los Héroes hasta su casa en Antiguo Cuscatlán. A su compañera, además de arruinarle la chapa de su vehículo, le llamaron a su casa y en ambas contestó su hijo; uno de los acosadores le dejó este mensaje: “De vos depende la vida de tus abuelos y tu mamá”. Él colgó inmediatamente las dos veces.
Deleón explicó que uno de los conductores de la camioneta es moreno, alto, con entradas, menor de 35 años.
¿Los han intimidado y amenazado de muerte?
No se ha mencionado amenazas de muerte. Se denunciaron seguimientos, en cuatro ocasiones, de vehículos que van detrás mí y los daños que le hicieron a la chapa del carro de mi compañera Teresa Naves.
¿Le hurtaron algo?
No, nada, solo lo dañaron mientras estábamos en una entrevista y Teresa reportó seguimiento de carros extraños y haber recibido dos llamadas a su casa.
¿Qué tipo de llamadas?
Las contestó su hijo. Le dijeron: “De vos depende la vida de tus abuelos y tu mamá”. Entonces ella vivía con sus papás. Por eso cambió el teléfono. Yo, en lo personal, no he recibido llamadas sino que lo mío solo ha sido seguimientos.
¿Qué tipo de vehículos los han seguido?
Nosotros los reportamos a la Procuraduría de Derechos Humanos. Me han seguido en un picap Volkswagen dorado, modelo Amarok y en una camioneta Nissan. Fueron cuatro veces desde el bulevar de Los Héroes, donde se ubica FESPAD, hasta mi casa en Antiguo Cuscatlán. Ha sido muy obvio, es como llevar un seguidor. Ayer vinieron de la PNC a tomarle la denuncia a Teresa; yo estoy pendiente de denunciar.
¿Cómo actúan los que le siguen?
Se ponen detrás de mí, de pronto a la par, pero no me sobrepasan sino que van a la par mía aun cuando tienen espacio de seguir. Es intimidante porque un picap de eso hasta pueden sacarlo a uno de la vía. Al principio pensé que eran conductores abusivos pero ya dos veces, en las mismas circunstancias, ya no es solamente un abusivo.
Ya no es casualidad…
Claro, tratan de intimidarnos porque ya viene el juicio, será en enero, no tenemos fiscal y toda la responsabilidad del caso contra el expresidente sigue cayendo sobre nosotros. Acuérdese que se valorará la prueba, habrá testigos.
¿Ha identificado a los conductores de los vehículos?
He visto a una persona porque los vidrios no son totalmente oscuros. Son como entintados, no es claro ni oscuro completamente. Vi bien al de la camioneta Nissan.
¿Físicamente cómo es?
Alto, moreno, con entradas, medio pelón, joven, no tiene más de 35 años.
¿Por qué cree que hasta ahora los acosan?
Es que nos subestimaron. El juez 1° de Instrucción (Levis Italmir Orellana), la defensa y hasta la Fiscalía pensaron que no íbamos a llegar hasta donde llegamos y creyeron que en la audiencia preliminar nos iban a dejar fuera. Recuerde que la defensa y la Fiscalía pidieron dejarnos del proceso y como el juez (7° de Instrucción) no accedió…. Por eso es que ahora están interesados, hay diferentes personas interesadas en que renunciemos al caso; legalmente ya no nos pueden sacar entonces por eso nos intimidan.
Todo esto suena a años de la guerra civil, escuadrones… ¿Quién está detrás de todo?
No quiero especular. Ni sobredimensionar ni hacer señalamientos sin pruebas. Queremos decir públicamente lo que pasa, que quede claro que no confiamos en la Fiscalía. No quiero hacer señalamientos, simplemente sabemos que hay gente interesada en que el caso no avance ni se esclarezca. ¿Sabe qué es lo grave? No poder confiar en las instituciones encargadas de investigar el delito.
¿Ha llegado a temer por su vida?
Teresa Naves, sí, hasta se cambió de casa. Vivía en una zona peligrosa y a raíz de los seguimientos se decidió. Yo, en lo personal, no he llegado a sentir que mi vida esté amenazada. Vivo en una zona un poco más segura que otras. Lo que sí tememos es que puedan detenernos arbitrariamente porque, le cuento, aquí a FESPAD ha venido un agente policial de la División Central de Investigaciones (DCI), traía unas fotos del vehículo de FESPAD y habló con la administradora porque quería saber quién conducía ese vehículo ya que tenía una investigación penal abierta contra un empleado. Esas afirmaciones son graves. No solo es una amenaza contra la vida sino de una detención arbitraria.
¿Cuándo pasó?
A finales de noviembre y por eso fuimos a la Procuraduría. El mandar a un policía y decir que hay una investigación abierta no es una cosa sencilla. El Procurador ha pedido saber si están investigándonos pero hasta la fecha no ha habido respuesta.