El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Nacionales

Pandilleros condenados: «Después de 20 años en penal vamos a salir más locos”

por Bryan Avelar


Esto piensan tres pandilleros que han sido condenados a veinte años de cárcel por el homicidio de un joven que no quiso pertenecer al Barrio 18.

Tres pandilleros que mataron a un joven por no querer ingresar a la pandilla Barrio 18, en el municipio de Soyapango, acaban de ser condenados a veinte años de prisión. La justicia se hizo cumplir y ahora; la ley ordena que sean internados en el sistema carcelario salvadoreño, donde además de pagar su delito, en teoría, serán reinsertados a la sociedad para que no vuelvan a cometer otro homicidio.

-Cuando salga voy a tener 41 años… ya con una vida basura – dice Carlos Santos Mancía, alias El Gallo, a quien la justicia señaló como coautor del asesinato de Oscar Romero Sánchez, de 18 años, el pasado 31 de enero.

Lo acompañan José Mejía y Carlos Castro, quienes, según investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), portaban dos armas el día de los hechos, una calibre 40 y otra calibre 45. Estos dos sujetos fueron autores directos del asesinato de Oscar Romero, cuando a eso de las 6:30 de la tarde le arrebataron la vida en un pasaje de la colonia Florencia, de Soyapango, según las investigaciones, y ahora serán condenados junto con Carlos Santos Mancía a 20 años de prisión.

Luego de escuchar la sentencia, el primero en agachar la cabeza es Santos Mancía. La sangre que le sube a la cabeza se retiene y le torna roja la piel blanca de la cara. Unas lágrimas empiezan a rodarle por la cara y recibe el consuelo de los otros pandilleros que participaron en el asesinato. Santos Mancía nunca había ido a la cárcel.

De acuerdo con las investigaciones fiscales, la tarde del 31 de enero, la víctima se encontraba en las afueras de su casa, en el pasaje, departiendo con otros amigos cuando Santos Mancía, alias El Gallo y los otros dos pandilleros llegaron armados. El Gallo gritó “descárguenle el mazo a ese culero”, seguido de una ráfaga de tiros contra Oscar Romero, quien, luego de ser atravesado por un proyectil, corrió a resguardarse en su casa. Luego los pandilleros huyeron de la escena.

Estos hechos son relatados por el juez Tercero de Sentencia este lunes 19 de octubre mientras se realiza la audiencia final de este caso. Un testigo ocular identificado con la clave “Steven” iba pasando por el lugar y los identificó en el juicio.

Pero antes de leer la resolución final, el juez emplea casi veinte minutos del juicio en algo que más bien parecería un sermón. Haciendo una reflexión sobre los niveles de violencia que vive el país y la corta edad de los tres pandilleros (el mayor tiene 24) intenta hacerles ver que algo en ellos debe cambiar con la aplicación de esta pena. Pero los pandilleros no lo creen así.

-Mirá, estos veinte años son más vida para nosotros. En la calle nos iban a matar antes. Bien los juras o los mismos bichos. Al menos en el penal, si uno no lleva clavo, se puede estar vivo y comiendo. Pero eso sí, de ahí vamos a salir más locos, vamos a aprender todas las mañas que no sabíamos – dice Santos Mancía, luego de salir del juicio, mientras toma el primer almuerzo como condenado que le regala el sistema judicial salvadoreño.

Foto: Juzgados

Foto: Juzgados

El sistema penitenciario de El Salvador, con una sobrepoblación del 300 por ciento “se ha convertido en la universidad del delito”, según lo dijo el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Benito Lara, a finales del año 2014, en el marco del lanzamiento del proyecto “Yo Cambio”, en el penal de Apanteos, en el departamento de Santa Ana.

De acuerdo con los censos publicado por la Dirección General de Centros Penales (DGCP), el sistema carcelario salvadoreño alberga a más de 30 mil reos en espacios para 8 mil, es decir que, en promedio, en cada cárcel de El Salvador, donde hay debería haber diez personas, hay cuarenta.

Con esas cifras, según el mismo director general de Centros Penales, Rodil Hernández, la reinserción de reos es una tarea difícil, aún con el proyecto “Yo Cambio” que busca eliminar el ocio carcelario y enseñarle un oficio a los reos en fase de confianza para irlos preparando a una vida normal, libre de violencia, algo que hasta hoy no se ha podido logran con pandilleros, sino que, en su mayoría, solo con reos comunes.