Un tumulto impide atravesar uno de los portones de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA). Es una pequeña barrera levantada por mujeres entregando panfletos; hay quienes se los toman y siguen su curso. Pero algunos otros, los que se quedan, son más curiosos: se detienen porque entre el grupo, en una equina, se mezcla la secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato. Carga un buen número de volantes en la mano. Las hojas tienen el rostro de un hombre y un mensaje en letra grande en el encabezado de la página que dice “Cuidado, es un agresor”.
—No nos olvidemos de este caso. Hagamos justicia— dice a todo aquel que se acerca para tomar de su mano una volante. —Hoy estoy panfleteando. Hace años no hacía esto.
¿A quién denunciaban? Esa tarde, en la entrada conocida como Peatonal de la UCA, una manifestación quería traer a la memoria de muchos el caso de la joven a la que un video sexual, difundido en la red, le dio el giro inesperado de su vida.
El hombre de la imagen en los panfletos era José Mauricio Gómez Julián, de 27 años, a quien la Fiscalía General de la República (FGR), hace un poco más de diez días, lo acusó de haber cometido cinco delitos por difundir el video íntimo de su exnovia.
Pignato llegó hasta las afueras de la UCA la semana pasada. Se unió, acompañada del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), a la Red de Defensoras de los Derechos de las Mujeres para protestar y hacer conciencia. “No puede ser que ella sea la más afectada en todo esto”, decían las mujeres que acompañaban a la funcionaria. Eligieron esa universidad por ser la casa de estudio de la estudiante, la exnovia de Gómez Julián, cuyas imágenes íntimas de desnudos circularon en páginas pornográficas, en teléfonos móviles, aplicaciones de chat. Aunque se dijo que el video se había filtrado en junio, no fue hasta en agosto pasado que se hizo de manejo público.
La Fiscalía atribuyó al joven haber viralizado videos y fotografías en forma de venganza contra su exnovia por terminar la relación que tenía con él.
No es el único caso, tampoco es el primero y mucho menos será el último, en el que mujeres se ven involucradas en videos o imágenes íntimas. El ISDEMU solo de enero a agosto de 2015 contabiliza 230 denuncias sobre delitos sexuales contra mujeres; relacionadas a acoso, exhibiciones obscenas, expresiones, pornografía; es decir, casi una denuncia diaria durante ese periodo. Los números aumentan conforme las mujeres se atreven a buscar ayuda y poner la denuncia.
La directora del ISDEMU, Yanira Argueta, expresa que las mujeres que atraviesan situaciones similares deben saber que pueden buscar orientación y denunciar. Desde el ISDEMU, Ciudad Mujer, la Policía Nacional Civil (PNC) y hasta la Fiscalía son las instituciones abiertas para hacerlo.
“Nosotras orientamos a que las mujeres no solo busquen justicia, sino que sea aplicada realmente”, añade la directora del ISDEMU.
De los seis tipos de denuncias que maneja el ISDEMU, el de “otros delitos sexuales contra mujeres” -donde se incluye el caso de la joven universitaria- es el segundo más denunciado. En primer lugar está violencia intrafamiliar con 1,154 denuncias recibidas este año.
San Salvador es el departamento que más denuncias presenta con 77, le sigue La Libertad con 31 y San Miguel al igual que Chalatenango con 17; seguidos están Cuscatlán (14), Ahuachapán (13), Santa Ana (13), Usulután (9), La Paz (9), San Vicente (8), Morazán (8), La Unión (7), Cabañas (4) y Sonsonate (3).
Cuando las imágenes y los videos de la universitaria se filtraron y circularon en la red (como memes, imágenes sin alteración alguna o videos completos) los mensajes que más se escucharon estuvieron dirigidos a juzgar la acción de la chica. Su imagen fue la más atacada. Sin embargo, hubo otros que rescataron la necesidad de que las mujeres tomen en cuenta que, para evitar un hecho como este, no se debe dejar material íntimo que pueda ser usado luego en su contra.
Para Argueta, aunque coincide en lo difícil de determinar “cómo va a salir la persona de la que te enamorás”, se puede detectar con facilidad cuando la pareja de una mujer está siendo agresiva.
“Cuando nos utilizan, nos están limitando cosas, nos maltratan, cuando nos mienten, cuando controlan cómo estamos vestidas… Tenemos que tener una alerta que nos diga ‘ahí está pasando algo’”, explica entre esas advertencias que deben llevar a una mujer abstenerse de tomar decisiones que después pueden tener repercusiones como las del caso de la joven estudiante.
Lo hecho por Gómez Julián tiene dos leyes que deberán ser aplicadas en su contra: la Ley Especial Integral para una vida libre de Violencia para las Mujeres y el Código Penal. El estudiante de la Universidad de El Salvador (UES) se echó a la bolsa cinco delitos, cuatro que están contemplados en la Ley Especial Integral: el favorecimiento de actos sexuales o eróticos por medios informáticos o electrónicos, así como la difusión de información, difusión de pornografía, inducción así como amenazas.
Si bien “utilizar las redes sociales para difundir una cosa como esta se convierte en un delito”, como lo explica Argueta, así como la importancia de que exista una Ley de Delitos Informáticos para lograr mayores castigos contra los que los cometan, mucho más importante es que las “mujeres no solo busquen justicia, sino que sea aplicada realmente”.
Contra el imputado, la Fiscalía giró una orden de captura administrativa, además de presentar el requerimiento fiscal donde se solicita la instrucción formal con detención provisional. Pero durante la audiencia inicial, a la que no se hizo presente ni nombró a un defensor, el Juez del 3º de Paz de San Salvador no decretó una orden de captura y tampoco medida alguna. En cuatro meses, Gómez Julián volverá a ser citado a una audiencia mientras la FGR realiza las investigaciones.