Los salvadoreños Jonathan y Ricardo, de 20 y 18 años de edad, respectivamente, nunca pensaron que practicar un poco la solidaridad los metería en serios problemas. El gobierno de Estados les había permitido quedarse para pelear sus casos, pero ahora están en la cárcel y en proceso de ser deportados.
La semana pasada, los jóvenes recibieron una sorpresiva visita en su casa en Norcross −una ciudad ubicada en el condado de Gwinnett en el estado de Georgia−. Agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) llegaron a primeras horas de la mañana buscando a un hombre que es prófugo de la justicia por cometer un serio delito.
Los agentes del ICE lo trataban de detener para deportarlo porque es considerado un peligro para la sociedad. Pero el hombre, con quien los salvadoreños no tienen ningún parentesco y llevaba unas semanas viviendo con ellos, no estaba en la casa.
Esa situación puso en aprietos a la familia salvadoreña porque el ICE supone que lo estaban ocultando, informó el periódico Mundo Hispano.
“Mis hijos estaban dormidos y los oficiales los despertaron para interrogarlos sobre dónde estaba ese hombre”, aseguró al citado diario Elva Marroquín, la madre de Jonathan y Ricardo, de 20 y 18 años de edad, respectivamente.
Según la madre de los jóvenes, los agentes federales no tomaron en cuenta sus súplicas, así como tampoco que uno de los hermanos contaba con un permiso de trabajo vigente, lo que su familia considera injusto. “No merecían ser tratados como delincuentes”, expresó Elva Marroquín.
Por su parte, el ICE aclaró que, aunque los jóvenes no representan un riesgo para la sociedad, no tienen derecho de estar en Estados Unidos. “Ambos ya tenían órdenes para ser removidos del país”, señaló Vincent Picard, portavoz de esa agencia en Atlanta, añadió Mundo Hispano.
De acuerdo con Inmigración, que un extranjero tenga una visa o permiso de trabajo válido no significa que no puedan deportarlo.
“El señor Crespin recibió un permiso para trabajar mientras estaba bajo supervisión, pero su procedimiento de deportación seguía vigente, hasta que en diciembre de 2014 se emitió una orden para deportarlo”, agregó Picard.
“El caso de Jonathan y Ricardo es triste. Es un ejemplo del daño que causó ICE cuando cambió de un día para otro su prioridad de deportación sin tomar en cuenta las consecuencias en las familias”, indicó Chris Taylor, abogado de Inmigración
El abogado reconoció que los detenidos tienen pocos argumentos para quedarse en Estados Unidos, puesto que llegaron recientemente y no tienen lazos fuertes con ciudadanos estadounidenses.
No obstante, considera que se les debería de dar una oportunidad porque no tienen antecedentes penales y, además, cumplieron con todas las indicaciones que Inmigración les dio desde que entraron a EE.UU. cuando eran menores de edad.
“Es más, cuando aceptaron la orden de remoción, ICE les dio la oportunidad de presentar un amparo para suspender la deportación y un permiso de trabajo a uno de ellos”, afirmó Chris Taylor, de la firma Taylor Lee Asociados.
“Luego cambiaron las reglas y los pusieron en una categoría de prioridad de deportación e inclusive acusan sin pruebas a uno de ellos de tener un tatuaje de pandillas. Es frustrante ver los cambios tan drásticos que han hecho”, dijo Taylor al mencionado periódico.
Taylor sostuvo que peleará este caso hasta el final, ya que tiene la esperanza de que se encontrará una solución favorable para este par de hermanos salvadoreños.
Abogados de inmigración temen que muchos jóvenes como esta pareja, que ya alcanzaron la mayoría de edad, se puedan ver afectados por las nuevas reglas de ICE.