El Salvador
sábado 16 de noviembre de 2024

Relato de una sobreviviente del bus ametrallado en San Pedro Perulapán

por Luis Canizalez


Un bus de la ruta 144 fue ametrallado por pandilleros en el municipio de San Pedro Perulapán. En el ataque falleció el motorista, el cobrador y tres pasajeros más.

Adentro del bus hay tres hombres muertos.

Uno de ellos agonizó cerca de los pies de Cecilia. El hombre estaba tendido en el piso con las pupilas dilatadas. Hacía extraños movimientos con la boca, como tratando de respirar, pero el aire ya no le llegaba hasta los pulmones. Luego expulsó una bocanada de sangre y los ojos le quedaron abiertos, sin brillo, perdidos en la nada. La vida se le escapó del cuerpo.

Cecilia salió de su casa a las cuatro de la mañana. El cielo todavía estaba oscuro. Caminó hasta el punto de la ruta 144, ubicado en el cantón El Rodeo, municipio San Pedro Perulapán, departamento de Cuscatlán. Subió al autobús y se sentó casi al final.

El bus se fue llenando poco a poco de más pasajeros. El motorista esperó unos minutos para ponerse en marcha. Pero de pronto, cuatro sujetos armados subieron a la unidad. Dos entraron por la puerta principal y los otros dos por atrás.

“De aquí nadie se mueve y nadie se baja”, gritó uno de los atacantes que tenía en sus manos un arma larga. Cecilia no distinguió ningún rostro. Todo estaba en penumbra y solo veía sombras. Escuchó el grito amenazador y luego una ráfaga de disparos.

Agachó la cabeza y se apoyó cerca de la ventana. Comenzó a orar. No escuchó gritos, ni súplicas, ni llantos; solo el ruido de las balas. Sintió que el tiempo transcurría lento, como si fuera eterno.

Los disparos dejaron de sonar. Cuando abrió los ojos, los atacantes se habían marchado. Los perros ladraban y aullaban. Adentro era todo un caos; algunas mujeres lloraban, otras pedían auxilio. Cecilia se tocó la cabeza, los brazos, las piernas y no tenía nada. Ninguna bala había perforado su cuerpo. Y de pronto, observó al hombre que agonizaba cerca de sus pies.

Se sentía aturdida y desconcertada. Por un instante pensó que todo era un sueño. No recuerda cuánto tiempo pasó al interior del autobús. No tenía fuerzas para ponerse de pie y se quedó sentada. Luego sintió que unas manos la sujetaron de su brazo y la jalaron con fuerza. Afuera del bus estaba otro hombre muerto.

“Fue Dios quien me salvó de esa lluvia de balas”, dice la mujer con un tono de voz firme.

Foto D1. Salvador Sagastizado.

Foto D1. Salvador Sagastizado.

Patrullas policiales llegaron al sector casi media hora después. El cantón es extenso y parece un laberinto de calles sin salida. Los agentes trasladaron a más de seis personas lesionadas. Una de ellas, que llevaba un balazo en el pecho, murió en el camino. No alcanzó ni siquiera a llegar al hospital.

Entre los fallecidos estaban el motorista y el cobrador de la unidad del transporte colectivo. Estos fueron identificados como José Apolonio Mendoza, de 52 años de edad, y Miguel Ángel Mendoza, de 36 años. También fue asesinado un cabo de la Fuerza Armada reconocido como Francisco García, de 54 años. Los nombres de la cuarta y quinta víctima son: Mario Antonio Aparicio, de 46 años, y Esperanza Cruz, quien falleció cuando era llevada al hospital.

De acuerdo con la Policía Nacional Civil (PNC), el ataque estaba dirigido al motorista del bus, quien ya había sido amenazado por pandilleros de ese sector por negarse a parar la unidad cuando estos pretendían asaltar a los pasajeros.

«Lo habían amenazado varias veces, pero él lo que decía era que si le salían varios babosos les iba a echar el bus encima», dice un familiar del motorista.

Hacía tres meses, los mismos pandilleros (de la Mara Salvatrucha) lo habían atacado en una parada conocida como “La cancha”. En esa ocasión se salvó, ninguna bala alcanzó su cuerpo. Pero la madrugada de este miércoles cuatro sujetos subieron al bus y lo mataron.

El cabo de la Fuerza Armada, quien iba en el autobús, sacó su pistola y trató de repeler el ataque, pero no pudo. Lo que generó fue un intercambio de disparos al interior de la unidad de transporte.

Este es el segundo atentado que sufren los residentes de San Pedro Perulapán. El pasado 31 de julio un grupo de pandilleros de la Mara Salvatrucha ametralló una fiesta en la que se encontraban niños y mujeres. Falleció una niña de siete años y dos jóvenes.

El principal sospechoso de orquestar ambos atentados es un pandillero apodado Chente Cabra.

Foto D1. Salvador Sagastizado.

Foto D1. Salvador Sagastizado.