El gobierno de El Salvador mantendrá el combate a la pandillas que amenazan la tranquilidad del país, pese a que la cifra de policías y soldados muertos aumenta, aseguró este el presidente en funciones, Óscar Ortiz.
«Vamos por el camino correcto, tenemos que enfrentar a estos grupos, no hay otra manera de golpearlos y desarmarlos, hay que golpearlos», comentó Ortiz en una improvisada rueda de prensa.
La última semana de julio, las pandillas impusieron bajo amenazas un boicot de cuatro días a la circulación de autobuses, con el saldo de siete choferes asesinados, lo que obligó al gobierno a ejecutar un plan de contingencia para facilitar el transporte a la población.
Ortiz reconoce que «golpear» a las pandillas «significa una alta cuota de sacrificio» y que ya cobró la muerte de 39 agentes de Policía en lo que va del año.
Además, en el primer semestre de este año, según fuentes oficiales, se registraron 2.865 asesinatos en El Salvador, por encima de los 1.840 del mismo período de 2014.
Al comentar el alto índice de homicidios que se registran a diario, Ortiz comentó que tienen que ver con las pandillas y la «mini guerra» que hay entre ellas.
La violencia que vive El Salvador es generada en su mayor parte por estos grupos criminales que tienen un estimado de 72.000 miembros, de los cuales 12.851 están encarcelados.
El vicepresidente Ortiz llamó a la población a no dar crédito a rumores de un posible boicot al transporte público para la próxima semana.
«Vamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que estos grupos criminales no sigan, a través del terror y de la intimidación, generando pérdidas a pequeños, medianos y grandes negocios», advirtió Ortiz.