Este miércoles ha iniciado con números negros: en menos de cinco horas han sido asesinados unos ocho salvadoreños en diferentes hechos violentos.
Las cuatro primeras víctimas son Mario Ramírez, José Mendoza, Francisco García Mendoza y el cobrador del bus de la ruta 144 que inicia su recorrido en San Pedro Perulapán, Cuscatlán. De acuerdo con la información preliminar unos supuestos pandilleros rodearon la unidad, ametrallaron con M16 desde afuera y luego entraron a matar al motorista y al cobrador.
El lugar de los hechos es zona de dominio de la Mara Salvatrucha (MS-13) y aparenta tener el mismo sello de violencia al de la masacre del cantón La Esperanza, cometida la semana pasada en la que murieron una niña y dos personas de entre 19 y 24 años.
El segundo hecho violento registrado esta mañana sucedió en el cantón Colima, de Suchitoto: la información preliminar señala que una madre y sus dos hijas fallecieron en un ataque también atribuido a pandillas, confirmó el guardia de turno de la delegación de ese municipio.
En el cantón Pandura, de Santa María Ostuma, La Paz, murió un agente del Grupo de Reacción Policial (GRP) después que unos sujetos le dispararon en un operativo policial.
La Fiscalía General (FGR) reportó la muerte de una persona en Nuevo Lourdes.
A lo largo del día el Ministerio Público atendió un homicidio más y dos hallazgos de cadáveres.
Después de cometida una masacre en una cancha en Ciudad Delgado la inteligencia de la Policía Nacional Civil (PNC) alertó sobre la posibilidad de ataques «de gran envergadura» que iban a realizar las pandillas en la semana de las Fiestas Agostinas que incluía atentados a bases policiales, objetivos militares y a la población civil como una forma de demostración de fuerza a las autoridades.