El Salvador
martes 26 de noviembre de 2024

Custodio relata carnicería humana en penal de Quezaltepeque

por Redacción


Centros Penales informó el pasado sábado que 14 reos habían sido asesinados en el interior del penal de Quezaltepeque. Cuando a las autoridades se les preguntó cómo habían sido ejecutados, se limitaron a decir que estrangulados con ayuda de arma blanca.

Lo primero que vi fue una laguna de sangre en el pasillo. Se veía como si era una fuga de agua, pero lo que había en el piso era sangre. Había un fuerte ruido, pero no alcanzaba a distinguir lo que se decía. Era una especie de murmullo generalizado que llegaba a todos los rincones del penal.

A nosotros nos habían tirado las alertas. Decían que faltaban algunos reos, que los habían matado. Yo no sabía a ciencia cierta lo que estaba sucediendo. Comencé a caminar con los compañeros hacia el Sector 2. Cuando llegamos al pasillo vi el charco de sangre.

Me quedé perplejo al ver  el primer cadáver. Estaba en posición fetal, tenía un cuchillo artesanal, como una especie de mini corvo, atravesado desde la espalda hasta el pecho. Las vísceras estaban afuera.

Todo parecía una película de terror, de esas escenas sangrientas que solo se ven en la televisión o en el cine y que al final  uno sabe que son de mentira. Pero lo que observé ese día fue algo real. Solo logré ver ocho de los catorce cuerpos, porque los otros seis estaban en el Sector 1.  Todos los reos habían sido apuñalados y despedazados.

El segundo cadáver quedó como a 25 metros del primero. Estaba agarrado con una mano del barrote de una celda. La otra mano se la habían cortado. Tenía un hoyo en la garganta, la lengua de fuera y  unos agujeros negros en los ojos, se los habían sacado.

Nosotros seguimos caminando. La sangre viscosa se pegó en nuestras botas. La sensación era como si caminábamos en un piso embadurnado con miel. El olor a chuquilla era fuerte e insoportable.

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El pasado sábado por la noche, la Dirección General de Centros Penales informó  que 14 reos habían sido asesinados en el interior del Centro Penal de Quezaltepeque, departamento de La Libertad.

De acuerdo con las autoridades, los cadáveres fueron hallados cuando los reos regresaban a la celda. En un primer momento fueron encontrados tres, pero después la cifra subió a 11.  El consolidado final fue de 14 convictos fallecidos.

El director de Centros Penales, Rodil Hernández, y el ministro de Seguridad, Benito Lara, aseguraron al siguiente día que la matanza se debió a una “depuración en la pandilla 18, ala Revolucionaria”. Cuando se les preguntó cómo habían sido asesinados, Lara dijo que estrangulados con ayuda de arma blanca.

Los fallecidos fueron identificados como Enrique Mauricio Hernández Ortiz, Emanuel de Jesús Lobato Navarro, Carlos David Campos, Víctor Manuel García Deras, José René Rubio Hernández, Giovanni Esaú Santos Cartagena, Cristian Giovanni Artiga Valle, Carlos Ernesto Herrera Martínez, René Mauricio Valle Mejía, José Ernesto Durán Orellana, José Ernesto Gutiérrez Marroquín, Erick Alberto Escobar Vásquez y Óscar Alberto Grijalva Díaz.

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El tercer cadáver que vi estaba metido en un barril, doblado, completamente doblado, con los pies hacia afuera. El rostro no se le distinguía, pero en el cuello tenía varias heridas. Se  veía que le habían dado con ganas, como si le quisieron volar la cabeza.

El cuarto cadáver estaba boca abajo, con las manos estiradas hacia adelante; como que después de haberlo asesinado lo habían jalado de los brazos para meterlo en algún lugar. Pero, a este lo habían dejado completo, solo estaba acuchillado.

El quinto estaba en una zona de desalojo. Tenía un puñal sembrado en la espalda y un cuchillo de unos cuarenta centímetros incrustado en la cabeza. Para que le haya atravesado el cráneo debió ser un puñal bastante filoso.

En realidad había sido una carnicería. Se veía así como queda un lugar después de una fiesta: un terrible desorden.  Los agarraron como que eran piñata. Como si decían ‘vaya, ya matamos a este, ahora vamos por otro’.  Eso parecía un holocausto o un rito satánico.

El sexto estaba  hincado, apoyado contra la pared. Tenía heridas en todo el cuerpo. Lo agarraron así como quien agarra un pollo y lo despedaza por completo. Los otros dos estaban juntos, quizá fueron los primeros que mataron. Cada uno tenía no menos de 25 puñaladas.

Yo, en todo el tiempo que llevo trabajando, jamás había visto una cosa tan espantosa. Si pongo un video de todo eso, no creerían nada, quizá pensarían que es una película. Pero en serio, al verlo en la vida real es otra cosa. Es algo que a cualquiera puede volver loco.