Conocida como la “droga del amor”, el producto llamado Popper se vende en El Salvador a través de redes sociales y en algunas tiendas sexuales o “Sex Shop”. Se trata de un fármaco cuyo efecto principal es la dilatación con efectos alucinógenos, lo que permite mantener relaciones sexuales y al mismo tiempo el consumidor se encuentra mareado.
Poppers, una droga que se consume por inhalación de sus vapores, tiene presentación líquida y su posología está compuesta por nitrito de amilo, nitrito de butilo y nitrito de isobutilo; este último fue empleado en un momento para fines médicos, pero en la actualidad se utiliza para usos diversos como conservar comida o crear perfumes. El nitrito de amilo y otros alquilnitritos son los componentes que incrementan el placer sexual.
De acuerdo con testimonios de personas entrevistadas por Diario1.com, sus efectos se perciben de inmediato y duran entre uno y dos minutos. Los poppers aceleran el ritmo cardiaco, provocan que los músculos del ano y la vagina se relajen, por lo que son utilizados frecuentemente durante encuentros sexuales. El uso de este producto no está limitado, pero se dice que es utilizado en su mayoría por la comunidad gay.
«Viene en un frasco pequeño, pero no es como esas otras drogas. Dura segundos, entre 20 a 30, y luego hay que volver a cargarse. Pone muy excitado. Deja como una sensación suave y acelera el corazón un poco. Eso sí, siempre se está lúcido, no pone estúpido o inconsciente. Lo pone a uno híper sensible, dilata el ano o pone más duro el pene», aseguró a Diario1.com una persona que ha consumido la también llamada “Droga del sexo”.
Aunque es considerada como una droga recreativa, existen datos que demuestran que puede causar serios efectos adversos, ya que su consumo continuado puede provocar daños neurológicos o alterar temporalmente la visión. También puede producir pérdida del conocimiento, confusión mental, convulsiones, vértigo, dolor de cabeza, sudoración, náuseas, vómitos y enrojecimiento del rostro.
Algunos efectos extremos del uso prolongado de Popper pueden ser Taquicardias, vómitos, diarrea, coma y hasta muerte cerebral, según reportes de medios internacionales.
Originalmente, el medicamento se creó con fines médicos, especialmente conocido en Europa y Estados Unidos, donde lo usaban como un relajante cerebral para personas con constantes dolores de cabeza y migraña; sin embargo, con el paso del tiempo y una diferente dosis, se terminó empleando como droga.
Una investigación realizada por Diario1.com confirmó que el Popper se vende en algunos Sex Shop del país a $49.00. De hecho, en una tienda ubicada en la colonia Escalón dijeron que se les había agotado el producto, pero que en recibirían el producto a más tardar en 15 días.
Otra forma de adquirirlo, según constató este medio, es vía Facebook. Algunas páginas de esta red social ofrecen el Popper en presentación de 30 ml a $30 con la facilidad de hacer entregas personales e inmediatas. En estas páginas no se ofrece un número fijo ni estacionamiento de venta, sino que se enfatiza en que la venta es “personal” y se negocia vía Whatsapp.
Diario1.como habló a la Dirección General de Medicamentos para obtener la posición oficial sobe este fármaco y comprobar si su distribución es legal en el país, pero en la unidad de comunicaciones dijeron que el director, Vicente Cotto, no estaba en la oficina y que no se tenía información sobre la legalidad o ilegalidad del producto, aunque advirtieron que por las características del mismo es muy probable que sea catalogado como droga de comercialización prohibida.
Aunque no existe un registro oficial al respecto, el Popper se comercializa en El Salvador desde hace más de diez años, y no existe marco legal que la regule, aunque los comerciantes de esta sustancia se muestran con cautela al negociar el producto, haciendo muchas preguntas sobre la identidad del interesado, probablemente porque en varios países del mundo es catalogado como droga ilegal.
La DGM señaló que en caso de detectarse un punto donde se comercializa esta u otro tipo de estupefacientes que no están normados, se envía a un equipo de inspectores al lugar y se decomisa para que la Fiscalía General de la República (FGR) investigue y tome las medidas pertinentes.