Minutos después que dos militares fueran abatidos a balazos en la terminal de Oriente de San Salvador, las imágenes capturadas por una cámara de vigilancia comenzaron a circular en redes sociales. En las fotografías se observa a cuatro sujetos que corren con las pistolas en sus manos. Huyen luego de ejecutar a los soldados Jaime Henríquez y Otoniel Ascencio. Era el mediodía del pasado domingo.
Para entonces, cuando las fotos se virilizaban en redes sociales, la Policía Nacional Civil (PNC) había montado un fuerte operativo en las colonias Coro I y II, La Chacra, Concepción y Santa Marta.
Las imágenes de las primeras capturas también fueron compartidas en redes. Rostros y camisas similares, pero nada concreto. Los comentarios se desataron en seguida: “No se parecen… la camisa no es igual… los colores son diferentes… mátenlos”, escribían los cibernautas. De hecho, uno de los pandilleros capturados fue obligado a que se pusiera una camisa verde con rayas blancas.
La forma del ataque también generó algunas críticas, dudas e interrogantes. “Fue en un abrir y cerrar de ojos, los bichos (militares) se durmieron”, comentó un policial que participó en el intenso operativo.
Para el especialista en seguridad, Óscar Peraza Rodríguez, el ataque fue algo planeado, ensayado y coordinado. Por eso, fue “ejecutado a la perfección”.
“Utilizaron una táctica. Lo que llama la atención es la coordinación, el camuflaje, la forma de disfrazarse para llegar hasta el objetivo. Eso se puede ver en el sujeto que lleva un morral y un trapo en la cabeza. Es casi seguro que ese fue el primer tirador, porque fue quien más acercamiento pudo tener. Lo único que les falló fue la retirada, pues acabaron estrellando el automóvil en el que huían”, comenta.
“El movimiento fue súper ensayado y hay que ponerle mucha atención. Esto evidencia que los pandilleros están recibiendo entrenamiento y que los está asesorando alguien que sabe. Son técnicas guerrilleras”, expuso.
De acuerdo con una fuente cercana a la investigación, el sujeto que viste como indigente simuló que recogía botellas de plástico y latas. Eso sirvió para distraer la atención de los militares.
En cuanto al operativo policial y las primeras capturas, Peraza Rodríguez asegura que la reacción es normal. “El hecho de subir los helicópteros era una muestra de poder. En inteligencia se sabe que los pandilleros se alimentan de su debilidad, si la policía se queda de brazos cruzados, lo más seguro es que le van a pegar otro golpe”.
Respecto a las primeras capturas, aún sean equivocadas, Peraza considera un movimiento de agilidad. “A alguien tienen que echarle la culpa, aunque no se parezca o aunque no sea él. Esto es un juego político. Hay millones de por medio. De eso se trata este juego. ¿Que si capturaron al que es?, eso solo lo van a decir las investigaciones. Pero no se pueden quedar de brazos cruzados”.
El analista señala un último punto: “Lo que veo en la Policía es una frustración, un alto grado de impotencia, con la moral baja, porque son los que están poniendo el pecho, están cansadísimos. Viven en lugares donde hay mucha presencia de pandillas y tienen malos salarios. Solo ven pasar millones y millones y para ellos nada”.
La Policía y el Ejército realizó el martes un operativo, la información que corría en los pasillos de la Delegación Central de PNC era que entre las 17 personas capturadas – en el Barrio Concepción de San Salvador – se encontraba uno de los tres sujetos que asesinaron a los dos soldados cerca de la terminal de buses del SITRAMSS.
“Todo indica que es el tipo que lleva el arma en la mano, que andaba con una camisa rayada. Aún falta por confirmar, en eso estamos, pero todo parece indicar que es él”, comentó un agente que salió de la delegación y abordó una patrulla policial.
Por la noche, en el perfil de Facebook de Héroe Azul El Salvador, compartieron una ficha con la fotografía y datos del supuesto homicida capturado. Sin embargo, jefes de la Policía aún no han confirmado esa captura.