El soldado José Henríquez Ayala, asesinado el domingo mientras brindaba seguridad en una estación del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana (SITRAMSS), cercana a la Terminal de Oriente, en San Salvador, fue sepultado este miércoles en San Bartolomé Perulapía, Cuscatlán.
Rodeado de familiares, miembros de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) y de la embajadora de Estados Unidos, Mari Carmen Aponte, durante la ceremonia se hizo la entrega de la medalla “Atonal, Guerrero de Cuscatlán”.
José Henríquez fue asesinado el domingo junto a su compañero Otoniel Ascencio, en un crimen operado por, al menos, diez personas.
Pese a que, tras el ataque, se montó un despliegue de fuerzas especiales de la Policía Nacional Civil (PNC) y la FAES, no fue hasta este martes que se las autoridades podrían haber logrado la captura de uno de los sujetos involucrado en el atentado.
El viceministro de Defensa, Jaime Parada, aseguró que la Fuerza Armada está bajo alerta ante “cualquier situación y tomando medidas para la protección”.
«Las investigaciones y búsqueda de los criminales se están realizando en conjunto con la PNC”, añadió Parada.
La embajadora Aponte aseguró que su presencia en el sepelio, como una forma de solidarizarse con los agentes de seguridad que combaten la violencia. «No podemos quedarnos en silencio, debemos alzar nuestras voces, cada muertos nos afecta a todos, no importa el lugar donde vivan», dijo.