El Salvador
martes 3 de diciembre de 2024
Nacionales

Pandillas disminuyeron violencia durante beatificación de Romero

por Redacción


A principios de la semana pasada el número de crímenes diarios llegó hasta 21; en las vísperas de la celebración la cifra se desplomó

Ha sido un descenso drástico e inusual: los días 18, 19, 20 y 21 El Salvador estaba sumido en una vorágine de violencia que desbordó las morgues del Instituto de Medicina Legal con un promedio de 28 crímenes diarios. En la víspera de la beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero los líderes de la Mara Salvatrucha y el Barrio 18 prometieron que los homicidios iban a disminuir como una muestra de respeto al nuevo beato. Y las estadísticas rojas se mantienen bajas desde entonces.

Desde principios de la semana pasada la violencia iba en aumento. El domingo 17 supuestos miembros de pandillas asesinaron a Hugo de la O Cañizalez que trabajaba como vigilante en la colonia Tikal Sur, de Apopa; también fue encontrado muerto  -flotando- en el Río Tomayate Juan Manuel Morán Arce.

Así comenzaba San Salvador mientras en el Oriente del país la violencia iba a despuntar como no lo hacía desde hace mucho tiempo: en Usulután murieron bajo el fuego criminal 10 personas mientras en San Miguel murieron 7. Entre los fallecidos estaban dos pandilleros que se enfrentaron a tiros con soldados que patrullaban en la colonia Metrópolis, del último departamento.

Entre el sábado y el domingo la delincuencia sumó a sus víctimas unos 80 salvadoreños.

El lunes 18 la violencia siguió a la orden del día: 23 personas fueron últimadas. Ese mismo día Mauricio Ramírez Landaverde, director de la Policía Nacional Civil (PNC) calificó lo que estaba pasando como “una situación complicada” en la que los motivos de las muertes seguían confusas, las líneas de uno y otro crimen se mezclaban. Explicó, por ejemplo, que por lo menos la mitad de las víctimas eran pandillas, pero también estaban cayendo mayores de edad y otras desvinculadas de la guerra por territorios entre la MS y la 18.

Hace una semana el influyente periódico estadounidense Washington Post publicaba un artículo en el que augura que El Salvador está a pocos pasos de convertirse en la nación más mortifera del continente. Antes de la tregua entra pandillas –firmada en marzo de 2012 cuya sentencia de fracaso se firmó a principios de 2015- el país ya ostentaba el título de ser el más peligroso de todo el mundo.

El día siguiente la cifra de homicidios llegó a 33. En Oriente la guerra seguía con fuerzas mientras a las autoridades la situación de les salía de las manos y los voceros del Gobierno ya esbozaban una hipótesis. Eugenio Chicas, secretario de Comunicaciones, aseguraba que el aumento de crímenes era una estrategia de las pandillas para “llamar la atención” a pocos días de la que fue la ceremonia de beatificación de Monseñor Romero celebrada en la Plaza Salvador del Mundo con la presencia de delegaciones de todo el mundo.

“Puede ser que quieran presionar para conseguir un diálogo”, dijo Chicas después de participar en la sesión solemne de la Asamblea en la que asumió la legislatura 2015-2018.

El miércoles 20 la cifra negativa seguía alta: 32. Ese día la Fuerza Armada (FAES) desplegó su Batallón de Reacción Inmediata en Aguilares, San Salvador, para intentar frenar la ola de homicidios.  La creación de este grupo élite la había anunciado a mediados de abril el presidente Salvador Sánchez Cerén.

El jueves los homicidios empezaron a disminuir. Las cifras oficiales contaban siete de los cuales dos habían sido cometidos en Usulután. El viernes 22 las pandillas divulgaron un comunicado en las redes sociales en el que anunciaban que “por respeto al magno evento (beatificación)” iban a juntar esfuerzos “para lograr tranquilidad” pese a que con esto no iban a lograr nada sino “más persecución”. El columinsta de El Diario de Hoy, Paolo Luers, publicó en su blog Siguiente Página las imágenes del mensaje.

El sábado se reportó el homicidio de Jonathán Elenilson Ventura que había defendido a un familiar que estuvo a punto de ser víctima de una agresión sexual. En la madrugada también murió un pandillero que se enfrentó a unos soldados en San José Guayabal, Cuscatlán.

En la tarde del domingo la Fiscalía General (FGR) informó de un tiroteo entre policías y pandilleros en Tonacatepeque.