El comisionado presidencial para la seguridad, Francis Hato Hasbún, informó esta mañana que el Gobierno había gestionado $1 millón para invertir en la ceremonia de beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero, el pasado 23 de mayo.
Hasbún aseguró, en conferencia de prensa, que se habría invertido todo el dinero en la logística: pantallas, movilización de personas, sonido y seguridad.
La transferencia del dinero fue solicitado por el Gobierno a la Asamblea Legislativa para brindar apoyo a la Iglesia Católica en los trabajos de organización de una ceremonia a la que se estima acudieron cerca de medio millón de personas.
“Hasta donde yo tengo entendido parte de esos fondos fueron proveídos para la Iglesia Católica, porque estuvimos trabajando juntos en este proceso. Ustedes saben todo esto fue invertido de manera conjunta”, declaró el comisionado Presidencial de Seguridad.
En la beatificación de Romero, diferentes instituciones gubernamentales, voluntariado, seguridad y cuerpos de socorro trabajaron de la mano en el megaplan implementado por el Ejecutivo. Fueron cerca de 30 mil personas las que apoyaron la ceremonia.
El director de Protección Civil, Jorge Meléndez, recalcó que los incidentes fueron mínimos para un acto de una envergadura inigualable. «Viene a ser una nueva experiencia, nunca habíamos tenido un evento de tal magnitud», aseguró el director. Protección Civil registró solo 92 incidentes, como extravíos, cefaleas, hipertensión e insolaciones.
De parte de la Policía Nacional Civil (PNC) también fue visto con mucha «satisfacción» que no se presentaran incidentes graves: solo se conocieron de dos, uno de estos en los que se detectó el ingreso de tres personas con apariencia de pandilleros. Sin embargo, al investigarse sobre sus antecedentes, no se encontró ningún inconveniente. El segundo fue amenazas en un bus de la ruta 29A.
Para mantener un control más fuerte, la Fuerza Armada de El Salvador confirmó la presencia de francotiradores para asegurar toda la zona de la plaza Salvador del Mundo.
Sobre esta medida, Hasbún no pudo evitar hacer una comparación de la experiencia de la beatificación a la del entierro de Romero. «Los tiempos en El Salvador han cambiado: antes los francotiradores eran usados para atacar a la gente», dijo a lo que también agregó que hoy, en cambio, «los francotiradores fueron ubicados para proteger».