El padre Antonio Rodríguez Tercero −conocido como padre “Toño”− dijo este martes que hay que sacar a las calles “más psicólogos, sociólogos, teólogos, trabajadores sociales, artistas y deportistas” en alusión a la voces que están pidiendo mayor presencia de la policía y de la Fuerza Armada ante el incremento de la violencia.
El padre “Toño” –quien tiene prohibido acercarse a los centros penales y tener contacto con pandilleros luego ser acusado por los delitos de tráfico de influencias, de objetos ilícitos y agrupaciones ilícitas− también afirmó a través de cuenta en Twitter que “la venganza es una justicia instintiva que tiende la restablecer una igualdad basada en el sufrimiento infligido de modo mutuo”.
“¿Quieren ser felices un instante? Vénguense. ¿Quieren ser felices siempre? Perdonen”, añadió.
Según Rodríguez Tercero, “cultivar el perdón es disponerse a ensanchar cada vez más los límites de la propia humanidad”.
Asimismo, aseguró que “los discursos, las propuestas, las políticas, y los políticos hablan de guerra y violencia. La situación es normal, todos hablando (de) violencia”.
El padre “Toño” fue capturado a finales del pasado mes de julio. La Fiscalía General de la República lo acusó por los delitos de tráfico de influencias, de objetos ilícitos y agrupaciones ilícitas.
La Fiscalía lo acusó de colaborar con José Timoteo Mendoza, alias “El Chori”, quien es señalado por informes policiales como el máximo líder de la pandilla 18, del ala “Sureños”.
Una semana después de estar encerrado en bartolinas, Rodríguez dijo sentirse mal de salud. Fue trasladado a un hospital privado de San Salvador donde permaneció una semana tras presentar un cuadro de hipertensión. Luego regresó a bartolinas policiales.
El Fiscal General de la República, Luis Martínez, reveló que el padre Antonio confesó al ministerio Público que cometió los delitos por los cuales era procesado.
“Ha colaborado y hemos hecho un acuerdo sobre ese tema. Ha reflexionado en los errores que cometió y nosotros estamos dando esa alternativa de arreglo a él”, declaró Martínez.
Fue entonces que la Fiscalía decidió realizarle un proceso abreviado. Esto para saltarse el proceso judicial que normalmente cumplen las personas procesadas.
Es así que el sacerdote fue condenado el pasado 4 de abril a dos años y medio de prisión, pero no cumplirá su pena en una cárcel porque el juez le otorgó medidas sustitutivas.
El padre “Toño” quedó en libertad pero no podrá acercarse a ningún centro penal del país. Tampoco podrá tener contacto con pandilleros. No obstante, no quedó restringido para salir del país. Incluso podría cumplir su condena en España (país de origen), a donde regresó a los pocos días de haber terminado el juicio y estar 36 días en prisión.