El Salvador
martes 26 de noviembre de 2024

Modelo brasileño de combate a la violencia podría aplicarse en El Salvador

por Redacción


La propuesta brasileña pretende disminuir los niveles de crímenes de el país, desde la incorporación de una policía militar y otra civil a fin de saturar con elementos de seguridad. El programa cuenta con el apoyo de la Agencia de la Cooperación de Los Estaod Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Una delegación brasileña presentó esta mañana el modelo de seguridad utilizado en Río de Janeiro, en Brasil, “Unidades de Policía Pacificadora” (UPP), una  propuesta de combate al crimen,  implementado en el país sudamericano.

Este modelo fue presentado al Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia y a partir de este jueves iniciarán una serie de talleres que se pretende se lleven a cabo en el país.

Las UPP han sido implementadas en diferentes países de América Latina, según los especialistas y han tenido el visto bueno de sus gobernantes.

Conformación de la UPP

Pedro Spadale, director Relaciones Internacionales de Río de Janeiro, explicó que estas se conforma inicialmente por dos policías, en primer lugar la policía la militar que es la responsable de los patrullajes en calles, represión y prevesión del delito y luego está la policía civil que se encarga de la investigación del crimen. En Brasil ambas policías están ligadas a los gobernadores, el fin es saturar de elementos de seguridad las zonas.

“La Policía militar no tiene nada que ver a fuerzas armadas u obligaciones con el Ejército, en Río tiene más de 200 años de existencias”, expresó Spale.

La UPP se encuadra en una política mayor de pacificación que tiene como concepto general retomar el territorio ocupado por los criminales y luego de estabilizar la región se realiza una inversión de políticas sociales con la intervención de las alcaldías en Río.

“Las fases son de intervención táctica y después de una fase de estabilización. Luego de implementación de la UPP, donde este grupo es inaugurado, sobre todo, con las unidades de operaciones especiales, muchas veces con el apoyo del Ejército y la Marina”, explicó.

La primera intervención táctica es notificada de su realización y aunque este mecanismo se criticó en Brasil lo que se buscaba era hacer un anuncio de pacificación y evitar la confrontación armada con los criminales, para evitar víctimas.

“La Policía hace un trabajo de inteligencia e indagación con los criminales, se infiltra donde ellos se encuentran, los mapea y lleva presos a los responsables de crímenes y se hace un cerco donde se puede aprehender a aquellos criminales que quieran salir de la comunidad cuando quieran huir de los procedimientos. Acontece con un número muy grande de policías, como una especie de saturación para evitar conflictos armados”, explicó.

La Policía pacificadora inició con 20 sedes, actualmente en Río se cuenta con 38 unidades y centenares de lugares pacificados.

La iniciativa brasileña cuenta con el respaldo de la Agencia de la Cooperación de Los Estaod Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

«Una parte fundamental de la protección de la seguridad ciudadana es el respeto a los derechos humanos. Debemos hacer nuestra parte para enfrentar el desafío más grande de estos tiempos: la inseguridad ciudadana», a embajadora de Estados Unidos en El Salvador, Maricarmen Aponte.

El Salvador es el primer país donde el Gobierno del Estado de Río de Janeiro divulga esta herramienta, la cual también se presentará durante un seminario dirigido a representantes de los ministerios de Justicia y Seguridad Pública y de Gobernación y Desarrollo Territorial, así como a alcaldes de 11 municipalidades que reportan altos índices criminales, y miembros de la Corporación de Municipalidades de El Salvador (COMURES).

La implementación del modelo de UPP en Río de Janeiro ha permitido una reducción significativa de la delincuencia en las 30 comunidades participantes durante el primer trimestre de 2014, en comparación con el mismo período en 2007, con una disminución del 74.3% en homicidio intencional y del 80.6% en letalidad violenta, así como un aumento por 341% en el decomiso de drogas.