En el cantón Ulapa entraban y salían patrullas policiales y tanquetas del Ejército. El operativo era intenso. En un terreno había cinco cadáveres y otros cuatro en el interior de una casa destroyer. Todos eran pandilleros y murieron en un enfrentamiento con soldados.
El movimiento era continúo. Los agentes estaban alertas, vigilaban, y se comunicaban por radios. Iban y venían, cubiertos con gorros navarone. Los soldados estaban apostados en puntos estratégicos, camuflados entre la oscuridad y las ramas de los árboles.
El cantón Ulapa está ubicado en uno de los municipios más violentos del país: Zacatecoluca, departamento de La Paz. Para llegar a la escena del múltiple crimen es necesario recorrer dos kilómetros en una calle empedrada y poco iluminada.
A los extremos hay casas con amplios patios. También hay predios desolados donde no se ve el rastro de alguna vivienda: solo arbustos y rocas.
El incidente sucedió cuando los soldados realizaban un patrullaje preventivo. Casi siempre los hacen en esa zona, pero la tarde de este sábado, un grupo de al menos 30 pandilleros que se encontraban al interior de una casa destroyer dispararon contra los militares.
Los soldados respondieron al ataque y el resultado fue la muerte de nueve pandilleros del Barrio 18, ala Revolucionarios. Algunos de los fallecidos quedaron con los fusiles a lado de sus cuerpos.
De acuerdo con información de Casa Presidencial, el grupo de pandilleros se encontraba reunido en una casa deshabitada. Una patrulla de cuatro soldados que estaba en la zona fue alertada de la presencia de los pandilleros.
Cuando los soldados se aproximaron a la vivienda se registró un primer intercambio de disparos. En este percance murieron cinco de los pandilleros. Otros se dieron a la fuga en diferentes direcciones.
Un grupo de estos ingresó a otra vivienda, en donde se registró un segundo intercambio. Ahí fallecieron los otros cuatro pandilleros. Los militares incautaron dos fusiles M-16, una pistola 9 milímetros, una escopeta y varias municiones.
El cantón Ulapa
El lugar donde murieron los nueve pandilleros es catalogado como «zona caliente» por agentes y militares que patrullan por las calles empedradas de ese cantón.
Una fuente cercana a la investigación aseguró que la casa donde fueron asesinados cuatro de los pandilleros había sido deshabitada un mes atrás, luego que falleciera la dueña de la vivienda, una señora conocida como Fidelina.
Desde entonces, pandilleros del cantón la convirtieron en una casa destroyer para reunirse y planear atentados contra policías y soldados, y otros hechos delictivos.
En ese lugar se reunían mareros de los cantones Liebano y Pajales, y de las colonias La Esperanza, Miramar y Sierra Colorada.
El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Ramírez Landaverde, llegó a la escena y brindó declaraciones a los periodistas sin dar detalles del caso.
“El Salvador ha elegido su proceso y tenemos que persistir. La situación del país, en cuanto a seguridad se refiere, tiene que mejorar. La situación se tiene que resolver”, expresó.
Luego agregó que “tenemos que pasar ya a las acciones que nos den un tratamiento más efectivo… Es momento de reconocer todos los factores que han incidido en que este problema adopte las características que tiene actualmente. La aplicación de la fuerza, de la ley y la represión es necesaria, pero no va a bastar con ello».
A las diez de la noche Medicina Legal aún no había llegado a reconocer los cadáveres. Sin embargo, familiares de los fallecidos llegaron con algunas dudas.
Unos de ellos se despojaron de la incertidumbre cuando un empleado de una funeraria mostró las fotografías que circulaban en redes sociales en donde aparecían los nueve fallecidos.