El diputado German Iraheta llegó a bordo de un microbús café. Eran las cuatro de la mañana del 25 de julio de 2010. En una gasolinera de Sensuntepeque, Ricardo esperaba que lo recogieran para iniciar el viaje hacia los Estados Unidos. Iba de “mojado”.
German y otras siete personas bajaron del microbús. Ricardo era de Sensuntepeque y los otros siete provenían del municipio de Victoria. German les dijo que se pusieran “buxos”, que el trabajo de él era llevarlos a San Salvador para que abordaran un autobús que los trasladaría hacia Guatemala.
El diputado suplente, quien en ese entonces no tenía ningún cargo público, les indicó que subieran al microbús para ir a un centro comercial de San Salvador.
Minutos después llegaron a la capital y se encontraron con el motorista de un autobús. Todo estaba arreglado. Lo abordaron y partieron con rumbo a Guatemala. German los acompañó hasta la frontera de Ahuachapán.
Estando en Guatemala, los emigrantes se subieron a un microbús verde, donde iban otras personas. El conductor preguntó por la “gente de German” y todos los salvadoreños levantaron la mano en señal de afirmación.
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El retorno
No era la primera vez que Ricardo hacía un viaje de “mojado” hacia los Estados Unidos. Hacía 25 años que también había traspasado las fronteras de Guatemala y México para radicarse en Nueva York, donde obtuvo la residencia americana.
Pero, tras 25 años de vivir en ese Estado, tuvo un problema legal. Lo acusaron por el delito de robo, le cancelaron la residencia y lo deportaron después de cumplir una condena de tres años y medio de cárcel.
Llegó al país en mayo de 2008 y se fue a vivir donde unos familiares en el municipio de Sensuntepeque, departamento de Cabañas.
Dos años después se enteró que uno de sus hijos, radicado en Estados Unidos, tenía un problema. Ricardo se obsesionó por regresar al país norteamericano. Para ello, tenía que conseguir al menos 6 mil 500 dólares para costearse el viaje.
Ricardo habló con su suegro para que le prestara las escrituras de un terreno. La idea era conseguir un préstamo. El suegro aceptó.
Fue entonces que contactó a un hombre conocido como “Taza de Leche” (identificado en la investigación fiscal como Juan Carlos Daniel Quinteros) quien residía en la colonia Los Llanitos del municipio de Sensuntepeque.
Le contó que se quería ir nuevamente a los Estados Unidos, pero que no tenía dinero. “Taza de Leche” le manifestó que si necesitaba el préstamo se lo podía conseguir con un amigo llamado Arturo y le recomendó que hiciera el viaje con los coyotes de German Iraheta.
“Taza de Leche” lo llevó donde Arturo, a una casa que tenía un comedor a la entrada, ubicado en la colonia Las Tablitas del mismo municipio.
Luego de ser presentados, Ricardo le manifestó a Arturo que necesitaba 7 mil dórales. A cambio le ofreció las escrituras del terreno de su suegro. Arturo le respondió que estaba bien, que la única condición para prestarle el dinero era que hiciera el viaje con ellos.
Llegaron a un acuerdo, pero antes corroboraron que la parcela no estuviera hipotecada. Al día siguiente un abogado visitó el terreno para verificar las características que aparecían en la escritura.
Arturo, quien también llegó al terreno, ubicado en el cantón San Lorenzo, señaló que esa propiedad no valía la cantidad por la que la había valuado. Sin embargo, le reiteró a Ricardo que si viajaba con ellos le prestaba los 7 mil dólares.
Fue así que Ricardo aceptó el trato y decidió hacer el viaje con los coyotes de German. Eso sí, pidió que le garantizaran que no iba a caer preso en los Estados Unidos. Arturo le dijo que el viaje era en corto tiempo y que se caminaba poquito.
El 25 de julio de 2010, Arturo llegó a recoger a Ricardo en una camioneta Nissan y lo llevó a una gasolinera del mismo pueblo donde se reunió con German Iraheta, quien lo trasladó hasta la frontera de Guatemala.
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El viaje
Luego que el conductor guatemalteco preguntara por la “gente de German”, les llevó comida y los condujo a otro vehículo color blanco. A todos les quitaron el documento de identidad y les aclararon que “nadie iba en viaje especial” y que todos serían tratados por igual.
Los llevaron hasta la frontera de Tecún Uman de Guatemala y México. Pasaron por un punto ciego y abordaron otro automóvil con rumbo a Chiapas.
Las personas que los guiaban les dijeron que tenían que ir a pie por terrenos rústicos, porque había muchos retenes de soldados. Luego llegaron a una carretera donde fueron trasladados en cuatro patrullas de la Policía Federal de México.
Los pusieron bocabajo en las camas de los pick ups y les colocaron una lona encima para taparlos. Fueron llevados a una casa ubicada en Chiapas donde estuvieron dos días. Así, abordando distintas unidades, llegaron hasta Reynosa, un punto fronterizo de México con Estados Unidos.
Los entregaron a otro guía, quien los llevó a una especie de bodega donde estaban otros migrantes. Había mujeres y niños de distintas edades y diferentes nacionalidades.
El guía los amenazaba. Les gritaba que si no atendían las indicaciones les iba a ir muy mal. En esa bodega pasó alrededor de ocho días. Ahí, obligaban a las mujeres a cocinar papas y huevos. También las forzaban a tener relaciones sexuales con otros guías que llegaban. Si alguna se negaba, la amenazaban con golpearla.
Días después, llegaron dos guías de origen mexicano y trasladó al “grupo de German” y a tres mexicanas que también iban para los Estados Unidos. Llegaron al borde del río Bravo. El plan era pasarlos por un punto ciego.
Abordaron una lancha y navegaron durante media hora, luego caminaron por unos montes y en determinado momento el guía los dejó abandonados. Luego Migración de los Estados Unidos lo capturó y lo mantuvo detenido. Fue deportado hasta el 26 de febrero de 2014.
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De nuevo en El Salvador
Cuando regresó a El Salvador se encontró con “Taza de Leche” y le pidió que le dieran los 7 mil dólares o que le devolvieran la escritura del terreno. La respuesta que obtuvo fue que se cuidara porque si andaba hablando German y Arturo lo podían llegar a matar.
Ricardo se enteró que Arturo estaba en Estados Unidos y decidió buscar a German. Nunca lo encontraba en casa, hasta un día que un familiar se lo comunicó por teléfono.
German le expuso que él no había hecho trato con nadie. Ricardo le argumentó que le tenían que devolver el terreno. Ante eso, German le cortó la llamada.
Días después, se comunicó con Arturo vía teléfono. Le narró lo que había sucedido con German. Arturo le sugirió que demandara a German. Ricardo le dijo que también él iba a salir perjudicado si interponía una demanda. La respuesta fue que él no se lo había llevado de “mojado”, sino German. Nunca más le volvió a contestar una llamada.
El pasado martes, la Fiscalía General de la República (FGR) giró una orden de captura contra José German Iraheta Méndez, quien fue electo como diputado suplente de Lorenzo Rivas, del partido GANA, en marzo pasado.
Junto al diputado suplente fue capturado Juan Carlos Daniel Quinteros, conocido como “Taza de Leche”, por el mismo delito. Otro sujeto, identificado como Óscar Arturo Alfaro Romero, se encuentra prófugo de la justicia.
De acuerdo con la investigación fiscal, los detenidos ofrecían a personas llevarlas a los Estados Unidos por pagos que alcanzaban los 7 mil 500 dólares.
Este viernes, el Juez Noveno de Paz envió a prisión al diputado suplente. Ahí permanecerá por lo menos seis meses, que es lo que dura la fase de instrucción. El próximo 1 de mayo no podrá asumir como diputado suplente.
NOTA: El nombre de la supuesta víctima fue cambiado en esta nota para proteger su identidad y la relación de los hechos corresponde a la investigación fiscal.