La tarde de este lunes el pastor Carlos Rivas fue llevado al juzgado de paz de Antiguo Cuscatlán, departamento de La Libertad para la intimación por el caso de agresión de Diana Castillo, ocurrido el pasado viernes.
El juez le leyó esta tarde los cuatro delitos por los que la Fiscalía acusa a Rivas: amenazas, daños, expresiones de violencia contra la mujer y violación.
El juez determinó que el próximo lunes será la audiencia inicial en contra de Rivas, donde se decidirá si continúa detenido o sigue el proceso en libertad.
Rivas, al finalizar la intimación, dirigió unas palabras a la prensa y aseguró no iba a referirse a los detalles del caso, ya que será el juez quien determine la resolución y los abogados los que darán detalles.
«Estoy lleno de paz confiando en la justicia salvadoreña, confiando en lo que dice el artículo 11 y 12 de la presunción de inocencia y confiando lo que dice la palabra de Dios enseña en Romanos 8:28 que todo los que amamos a Dios todas las cosas obran para bien», dijo el pastor.
Asimismo, agradeció la solidaridad y cariño de los miembros del Tabernáculo de Avivamiento (TAI), de otros pastores y de iglesias evangélicas.
Sin embargo, su abogado defensor, Carlos Avelar, manifestó antes de la llegada del acusado que pediría medidas sustitutivas a la detención.
En tanto que fiscales dijeron que van a presentar prueba pericial y testimonial contra pastor Rivas. Fiscal dice que hubo golpes y agresión sexual y piden detención contra pastor Rivas.
Por su parte, Ada Quiñónez, acusadora particular (querella), dice que delitos en contra de Rivas no admiten conciliación.
Según el Código Penal, el delito de amenazas tiene una pena de 1 a 3 años (art. 154), el de daños tiene una pena de 6 meses a 2 años (art. 221), el de violación tiene una pena de 6 a 10 años (art. 158). Para el caso del delito de expresión de violencia contra la mujer, la pena es desde 2 a 25 salarios mínimos (art. 55 de Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres).
La abogada Silvia de Bonilla, presidenta de Mujer Legal, explicó a Diario 1 que los delitos que se le imputan al pastor son graves y que tan solo la violación es el delito más grave. Asimismo, explicó que para el caso de la amenaza, puede ser conciliable.
De Bonilla hace un análisis del caso y asegura que acumulándole los delitos el pastor estaría en serios problemas. Incluso, dijo que si se logra desestimar la violación y argumentar que hubo privación de libertad Rivas podría agenciarse como mínimo siete años de prisión de llegar a ser encontrado culpable.
El pastor Carlos Rivas fue detenido el viernes pasado por la tarde por agresiones en perjuicio de una joven, quien fue identificada como Diana Castillo.
Según los informes, este hecho ocurrió en un motel ubicado a la entrada de Santa Elena, Antiguo Cuscatlán, donde decenas de periodistas llegaron de inmediato y comenzaron a informar a través de las redes sociales.
Fuentes policiales informaron que a las 4:45 de la tarde recibieron una llamada de la mujer quien informó había sido agredida por el religioso.
Minutos después agentes de la Policía intervinieron y Rivas fue trasladado hacia la delegación de Santa Tecla. La mujer se presentó a la delegación a presentar cargos por maltrato físico y amenazas. Posteriormente ambos fueron llevados a Medicina Legal.
Incluso, la Policía realizó una inspección en el lugar del incidente porque al parecer había rastros de sangre. Pero eso fue descartado al final de la noche del viernes.
Pasadas las once de la noche del viernes, Rivas fue trasladado desde Medicina Legal en una patrulla policial hacia bartolinas. Pero pasadas las dos de la madrugada, la patrulla estaba desaparecida.
A las dos de la madrugada del sábado aún no había rastros ni reportes del carro policial. No estaba en ninguna delegación de Santa Tecla, municipio donde fue fichado por la Policía Nacional Civil (PNC).
Fue hasta este domingo que se supieron reportes del pastor Rivas, quien primero fue trasladado el sábado a la Delegación policial de Antiguo Cuscatlán y posteriormente fue trasladado a la Subdirección de Tránsito Terrestre, donde permaneció hasta ser trasladado este lunes al juzgado de paz de Antiguo Cuscatlán, departamento de La Libertad para la intimación.
Organizaciones apoyan a víctima
El Instituto de Estudios de la Mujer “Norma Virginia Guirola de Herrera” (CEMUJER) condenó el accionar del pastor Rivas, a través de un comunicado de prensa, y exhortó al Concejo Nacional de Seguridad a pronunciarse ante el caso así como al Instituto Salvadoreño de la Mujer (ISDEMU).
«CEMUJER reitera condena a pastor Carlos Rivas por violencia contra mujer. Si tocan a una nos tocan a todas. CEMUJER también deplora y reprocha los privilegios estatales generadores de impunidad, corrupción y revictimización», reza la misiva.
Agregaron que están preocupadas por presiones, amenazas y chantajes contra la víctima para forzar un acuerdo a favor del imputado.
Por su parte, Mujer Legal, también en un comunicado de prensa, repudió todo acto de violencia en contra de la mujer.
«Hacemos un llamado a que se haga justicia y no prive el amiguismo judicial traducido en impunidad en el caso del ciudadano Carlos Rivas, pastor del Tabernáculo de Avivamiento Internacional (TAI).
Agrega la misiva que esperan que se investigue y se le realice un juicio justo, en el marco del respeto a las garantías del debido proceso y el principio de inocencia.
Asimismo, Mujer Legal apela al principio de igualdad, «sin importar que sea acusado un pastor, un sacerdote, un ministro de la República, un magistrado, un abogado, un agente policial, un obrero o un empleado, sin excepción alguna debe prevalecer la justicia.
Respecto al número de policías que asistieron al procedimiento en que se trasladó al pastor Rivas, el ministro de Seguridad, Benito Lara, señaló que «la orientación era que se tenía que hacer un movimiento normal. No podría dar detalle de porqué hubo tanto efectivo. Fue mucha y exagerada (la cantidad de policías que asistieron al traslado del pastor Rivas al juzgado).
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