El Salvador
miércoles 27 de noviembre de 2024
Nacionales

Legionario experto en explosivos acribillado por pandilleros en Lourdes

por Luis Canizalez


El cabo Josué Navarro fue asesinado a pocos metros de su vivienda por pandilleros que habían planificado el crimen. Uno de los atacantes habló por teléfono para detallar las características de Navarro y después lo asesinaron.

El cabo Josué Navarro previó que iba ser asesinado. No sabía cómo, ni cuándo, ni quién lo mataría. Pero como una premonición, solía repetir en sus conversaciones que algo malo le iba a suceder.

Cuando sus familiares le cuestionaban sus palabras, el cabo cambiaba de tema. O simplemente decía que desde el momento que vestía su uniforme militar estaba preparado para todo. Hasta para morir.

A veces prefería hablar de otras cosas: de cine, de música o de su trabajo. Pero de pronto, volvía a mencionar las mismas palabras que construían un final trágico para su vida.

Era un tipo callado, reservado y un tanto tímido. En la colonia tenía pocos amigos. Hablaba solo con su familia. Su rutina era salir de su casa al trabajo. Y luego regresaba cuando tenía licencia. Esos días, se encerraba, escuchaba música y a veces bebía licor.

Luego de finalizar el bachillerato, recién cumplidos los dieciocho años, Navarro ingresó a la Fuerza Armada. Fue destacado en Comandos de Ingenieros. Desde joven sintió vocación militar. Así lo recuerda su familia.

Pronto se interesó en el manejo de explosivos y llegó a especializarse en esa área.  En 2005 fue seleccionado para viajar a Irak en una misión especial. Cuando regresó al país traía un paquete de fotografías y un sinfín de anécdotas.

En 2008 fue seleccionado para viajar a realizar una misión a Líbano. Últimamente estaba destacado en el área administrativa: se encargaba de la repartición de comida.

Al mediodía de este jueves, Navarro salió de su casa en short y sin camisa, con una toalla en el hombro y dos baldes de plástico en las manos. Se dirigía a la vivienda de su madre, ubicada contiguo a la suya, a cargar agua para bañarse.

Pero a la salida se encontró con un vecino y conversó durante varios minutos. Nunca lo hacía.

“Me acerqué a cortar pitos del palo que está frente a su casa. Comenzamos hablar de la situación del país. Era tan reservado que hasta ayer (jueves) supe que era militar”, recuerda el vecino.

Después de un corto silencio agrega:

“Yo lo vi alegre. Incluso me ayudó a bajar los pitos con una vara. Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Cuando fui a la casa a dejar los pitos escuché los balazos. Cuando salí a la calle ya estaba muerto”.

Policías investigadores aseguran que el asesinato contra el cabo Navarro fue ordenado por alguien. Que, según el relato de unos testigos, tres hombres se acercaron a Navarro y lo sujetaron por la espalda.

Antes de dispararle, uno de los atacantes realizó una llamada telefónica,  detalló las características de Navarro y, segundos después, lo ultimaron a balazos.

Navarro residía en la colonia El Sauce, cantón Cuyagualo, en municipio de Colón, departamento de La Libertad. En esa zona hay pandilleros de la 18. Por eso no se descarta que ellos estén detrás del crimen del cabo Josué Navarro García, de 31 años de edad.

Uno de sus familiares asegura que en ocasiones era enviado a patrullar a ese lugar y probablemente pandilleros de la zona lo identificaron.

Así lo reconoció el ministro de Seguridad, Benito Lara: “entendemos que estaba presente algunas veces en esa zona, pero podemos asegurar que no vamos a bajar ningún plan, sino que los vamos a fortalecer”.

Navarro se preparaba para viajar a la India a otra misión especial. Pero no irá. Ahora está muerto. Un muerto más en las estadísticas que engrosa la delincuencia.  Con la única diferencia de ser el primer militar asesinado en este año.

Foto D1. Salvador Sagastizado.

Foto D1. Salvador Sagastizado.

Foto D1. Salvador Sagastizado. Lugar de residencia de cabo Navarro.

Foto D1. Salvador Sagastizado. Lugar de residencia de cabo Navarro.