Antonio Álvarez llegó al penal pasadas las ocho de la noche. En una de sus manos llevaba una bolsa plástica de color negro que aparentemente le había entregado una persona afuera del recinto carcelario.
Eso despertó sospechas en el vigilante del portón principal del Centro Penal La Esperanza Mariona, ubicado en el municipio de Mejicanos, San Salvador. Pero no hizo ninguna revisión y dejó pasar a Antonio sin ninguna dificultad.
El vigilante no se quedó a gusto y le llamó vía teléfono al comandante de guardia que estaba en el control número dos. Le alertó que Antonio, quien hasta ese momento se desempeñaba como jefe custodio del recinto penal, llevaba una bolsa negra.
Le indicó que en el portón principal no lo habían intervenido porque no estaban desempeñando funciones de registro, pero que era bastante sospechoso que el jefe custodio llevara una bolsa de ese color.
Instantes después, cuando Antonio llegó al segundo control, el comandante de guardia le pidió que se detuviera y que abriera la bolsa plástica que llevaba en su mano derecha.
Cuando Antonio abrió la bolsa, el comandante observó unas hojas parecidas a la marihuana y dos paquetes de un material que no pudo identificar, por lo que de inmediato le llamó al jefe superior para comunicarle todo.
Hubo dudas sobre los paquetes incautados y mejor decidieron llamar a las autoridades policiales para determinar si lo encontrado era droga. A las diez de la noche llegó un agente destacado en el municipio de Mejicanos que se desempeña como técnico en identificación de droga.
El agente tomó una porción del vegetal incautado y le aplicó un reactivo químico que indicó que era marihuana. Luego abrieron los dos paquetes restantes.
En el primero había cinco porciones pequeñas de polvo blanco envueltas en recortes de bolsas plásticas transparentes y había un cargador marca Samsung.
En el otro paquete también había cinco porciones de polvo blanco y otro cargador para teléfono celular que no tenía marca visible.
Tras el resultado de la prueba y el hallazgo del polvo y los cargadores, los agentes le comunicaron a Antonio que quedaba detenido por el delito de tráfico ilícito. Le hicieron saber sus derechos y garantías.
De acuerdo con la investigación, después de la detención, el comandante de guardia se trasladó al casillero donde Antonio guardaba sus objetos personales y le encontraron 232 dólares en efectivo.
Minutos después, el mismo comandante de guardia y el agente llegaron al lugar donde tenían aislado al jefe custodio y observaron que el suelo había 500 dólares más.
Todo esto sucedió el martes 17 de junio de 2014. La acusación de la Fiscalía fue presentada días después ante la Juez de Paz de Ayuutuxtepeque, San Salvador.
Viviano Antonio Álvarez, de 38 años de edad, fue acusado por los delitos de tráfico ilícito de droga y tráfico de objetos prohibidos en centros penales.
Según el Código Penal, la pena por el primer delito oscila entre los diez y los quince años de prisión, y por el segundo delito la pena es de tres a seis años de cárcel.
En libertad
Días después, el caso pasó a instrucción en los tribunales del municipio de Mejicanos y fue en esta fase que el abogado defensor del imputado, Miguel Ángel Flores Durel, pidió la nulidad del proceso porque a su juicio no se respetaron las garantías procesales del imputado.
Por ejemplo, Flores Durel señala que el locker (casillero) de la persona detenida es parte de su intimidad y para abrirlo forzosamente se debió tener una autorización judicial y en este caso no se tuvo.
Ante la petición de la defensa, el juez decretó el pasado 17 de noviembre la nulidad absoluta del proceso, pero también aceptó un efecto suspensivo de la resolución porque los fiscales del caso presentaron una apelación ante la Cámara de lo Penal para revertir la sentencia.
Es decir, que el jefe custodio quedó en libertad, pero aún debe esperar la decisión de la Cámara. En caso que ésta ratifique la decisión del juez, el procesado quedará en libertad. En caso contrario, el proceso deberá continuar.
Se intentó conocer la versión de la Fiscalía, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
Viviano Antonio Álvarez tras ser capturado. Foto D1. Cortesía Centros Penales.