Unas 96,000 personas en el país viven en situación de inseguridad alimentaria y en la región centroamericana se ven afectadas unas 2 millones personas, asegura un reciente estudio de Oxfam.
En este sentido, Oxfam, CARE y la Concertación Regional para la Gestión de Riesgo (CRGR) hicieron un llamado urgente al Gobierno de El Salvador para que se ejecuten acciones inmediatas para enfrentar este problema que impacta directamente los hogares salvadoreños.
El estudio asegura que la sequía y la roya continúan provocando la disminución de las reservas alimentarias, de los ingresos familiares y las oportunidades de trabajo. Asimismo, han provocado un aumento sustancial y de especulación de los precios de los alimentos en toda la región, lo que desfavorece en mayor medida a familias vulnerables, principalmente aquellas lideradas por mujeres.
Para el caso de la sequía registrada en la región desde junio de 2014 ha dejado pérdidas en la producción agrícola entre el 70 y el 100 por ciento. Para el caso de El Salvador, esta baja ha impactado negativamente a un promedio de 103 mil productores y productoras en 105 municipios de 12 departamentos, cuyas pérdidas alcanzan los $70.1 millones de dólares.
En El Salvador, el fenómeno de sequía es considerado el peor en 44 años. Se estima que de continuar esta tendencia en un escenario de cambio climático, la producción agropecuaria sufrirá pérdidas que podrían ascender a $3.1 millones de dólares por año para el 2025.
A este hecho se suma el fenómeno de la roya que ha afectado la región por tercer año consecutivo. En el 2013, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) registró un fuerte brote de roya que impactó al menos un 47% del parque cafetalero nacional.
En noviembre de ese mismo año, una combinación de condiciones climáticas poco favorables provocó un rebrote que afectó los cultivos de café en un 40%, lo que impactó la seguridad alimentaria de familias que dependen directamente de este jornal.
Frente a este panorama, Oxfam en coordinación con donantes internacionales y socios está generando una serie de informes y estudios nacionales y regionales para diagnosticar y evaluar el impacto de la roya y la sequía en la seguridad alimentaria y con ello mejorar la efectividad de sus intervenciones.
Un reciente estudio de la institución de agosto de este año desarrollado en 3,609 hogares en 11 municipios de 4 departamentos del país, en donde actualmente se implementan acciones de asistencia alimentaria por el impacto de la roya, reveló que la poca o nula diversificación de la dieta es uno de los principales factores que están impactando la seguridad alimentaria de estas familias.
Se logró identificar que estas familias se encuentran implementando estrategias de supervivencia: un 61% de las familias han pedido prestados alimentos y un 30% de los hogares ha pasado al menos un día sin comer en los últimos 30 días anteriores al levantamiento de datos de este informe.
Asimismo, el 98% de los hogares entrevistados señalaron como prioridad la necesidad de alimentos en el hogar y la urgencia de recibir apoyos en servicios de salud e insumos agrícolas, así como de lograr un empleo que les permita mejorar sus ingresos.
Por otra parte, un informe regional de Oxfam sobre Cambio Climático en Centroamérica “De las Palabras a los Hechos: Actuemos contra el Cambio Climático en Centroamérica” de noviembre de este año, recomienda tomar medidas de atención de mediano y largo plazo para la construcción de resiliencia y sostenibilidad, más allá de las medidas paliativas en la respuesta a emergencias.
El informe apunta la necesidad de continuar con la discusión de un marco político relacionado a cambio climático para toda la región, el diseño y ejecución de una estrategia de gestión integral de riesgos con enfoque preventivo y de justicia ambiental y climática, que considere los impactos acumulados de los desastres de gran envergadura y además la implementación de acciones de protección social.
Para Oxfam, el “Corredor Seco” es la región de Centroamérica con los mayores niveles de inseguridad alimentaria, precisamente por la alta dependencia que tienen miles de familias del jornaleo agrícola y la producción de granos básicos. Esta zona es altamente vulnerable ante fenómenos climatológicos, por lo que Oxfam ha pedido que se decrete como zona de gestión estratégica, a fin de optimizar recursos y esfuerzos.
El informe regional recomienda que a nivel centroamericano se fomente una sinergia efectiva entre gobiernos y sociedad civil, con el fin de destinar financiamiento expedito para la aplicación de la Estrategia Regional Centroamericana de Cambio Climático y fomentar la construcción de una gobernanza e integración en el istmo, en el marco de condiciones de crisis humanitarias.